Muerte cerebral: el doloroso diagnóstico para el nene de 7 años baleado en La Matanza
Thiago, de 7 años, recibió un disparo por parte de un efectivo policial durante un tiroteo. Ahora, su familia espera un milagro.
Thiago Correa, el chico de solo siete años que fue alcanzado por una bala en la cabeza en medio de un violento tiroteo en La Matanza, permanece en estado crítico, y en las últimas horas se confirmó que presenta muerte cerebral, según fuentes médicas y judiciales consultadas.
El hecho se desencadenó cuando un efectivo de la Policía Federal abrió fuego para repeler a cuatro delincuentes que intentaron asaltarlo, impactando un disparo en la cabeza del menor, que terminó siendo víctima de ese violento cruce.
El pequeño fue trasladado de urgencia al Hospital de Niños de San Justo en la madrugada del jueves, luego de haber recibido atención inicial en el Hospital Ballestrini. Actualmente se encuentra conectado a un respirador mecánico, en una situación sumamente delicada, mientras su familia aguarda noticias con desesperación.
Fabián, el papá de Thiago, no se separa de la habitación del hospital desde que ocurrió la tragedia, acompañado por amigos y familiares que intentan contenerlo en este momento tan difícil. En diálogo con los medios, relató con detalle la dramática escena que vivió cuando su hijo cayó baleado en sus brazos, y cómo fue el desesperado intento por salvarlo.
“Estábamos esperando el colectivo cuando escuché un estruendo, pensé que era una moto, pero después empezaron a escucharse más tiros. Quise tirarlo al piso para protegerlo, pero ya le había entrado una bala”, recordó con un nudo en la garganta.
“Cuando lo tuve en mis brazos, me dijo ‘pá’ y después no dijo más nada. Empecé a gritar pidiendo ayuda y apareció un hombre en un auto que me llevó rápido al hospital”, añadió, con visible angustia.
Horas antes de que los médicos confirmaran la muerte cerebral, el padre había manifestado que los profesionales le aseguraron que Thiago “estaba peleando” por su vida. La bala ingresó por la parte posterior de su cabeza y, para una criatura con toda una vida por delante, esta situación es incomprensible y devastadora.
“No puedo entender lo que está pasando, es como una pesadilla de la que no puedo despertar”, expresó con profunda tristeza Fabián, mientras espera un milagro que parece cada vez más lejano.
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