Nuevos audios de Leopoldo Luque insultando a Diego Maradona y su entorno: "Me chupa la..."

Sociedad

En el DDM (América) se difundieron audios impactantes del médico, en el contexto del juicio por la muerte del "10". Los detalles en la nota.

Este viernes, en el DDM (América), se abordó el juicio por la muerte de Diego Maradona, tras conocerse la existencia de audios que comprometen a Leopoldo Luque, el médico que lo atendía. "Toda la semana estuvieron repasando audios que se van a escuchar en las próximas audiencias del juicio. Hoy vas a escuchar al propio Leopoldo Luque, al médico de cabecera de Maradona, agredir de una manera horrible a Dalma", señaló el periodista Martín Candalaft antes de presentar el material al aire.

"En otro audio, él mismo reconoce que va a ver a Maradona todo hinchado, que es justamente la base de la acusación, que Maradona estaba hinchado y él no hizo nada", agregó el experto en policiales.

Seguidamente, se pudo escuchar a Luque en una de las grabaciones: "Me chupa la pij... la gorda esa. Al tipo lo vieron muerto en la cancha. La gente necesita verlo bien. Necesito que mi laburo, el laburo médico, se pueda ver. El mundo necesitaba verlo mejor".

En el programa de Mariana Fabbiani también se exhibieron chats donde el médico critica duramente a las hijas del exfutbolista. "Las hijas, en vez de ayudarlo, lo escrachan. Todo mal", expresa en esas conversaciones.

"La pu... madre... lo tengo que ver el día que está como un osito cariñoso, durmiendo, todo hinchado. ¿Por qué no me llaman cuando está bien?", menciona Luque en otro de los audios.

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Verónica Ojeda rompió en llanto en el juicio por la muerte de Maradona

Durante la novena jornada del juicio oral por la muerte de Diego Maradona, Verónica Ojeda se presentó ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº3 de San Isidro y brindó un desgarrador testimonio en el que apuntó contra el entorno y el cuerpo médico que atendía al Diez en sus últimos días.

La madre de Dieguito Fernando no pudo contener las lágrimas al relatar cómo vivió la etapa final del astro del fútbol y aseguró que estaba prácticamente aislado: “Diego siempre me pedía ayuda y yo no sabía cómo hacer. Yo sabía que lo tenían secuestrado. Él tenía como temor a todo. Cuando yo me iba me decía ‘llevame’. Tenía temor a quedarse solo”, expresó Ojeda ante la mirada atenta de los magistrados y los abogados de las partes.

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Ojeda relató que tras un período de distanciamiento, volvió a acercarse a Diego en 2020 gracias al llamado de una masajista que le dijo: “Vos sos la única que podés salvar a Diego”. A partir de ese momento comenzó a visitarlo con frecuencia tanto en la casa de Bella Vista como en la de Brandsen, donde se encontraba antes de la operación a la cabeza en noviembre de ese año.

maradona ojeda

En su testimonio, fue contundente al referirse al entorno que rodeaba al ex capitán de la Selección: “Ellos querían verlo a Diego mal, no querían verlo bien. No querían que estuviera consciente y apto para disfrutar”, lanzó, en clara alusión a quienes lo asistían diariamente.

Sobre la polémica internación domiciliaria en Tigre, donde Maradona falleció el 25 de noviembre de 2020, Ojeda reveló que hubo un relato unificado para convencer a la familia: “A todos (por la familia) nos decían que era conveniente internarlo en una casa, en una internación domiciliaria. Nos dijeron que iba a haber enfermeros y que iba a ser como si fuera que estaba internado en el hospital. Todo lo que iba a haber en un hospital, lo mismo iba a estar en la casa. Luque y Cosachov nos dijeron eso”, señaló, involucrando directamente a dos de los siete imputados.

Verónica también contó que junto a Dieguito Fernando visitaron en dos ocasiones al ídolo en la vivienda del barrio San Andrés. De la primera, recordó: “El primer día estuvo bien, estuvo contento, tomó su sopa. Ese día lo disfrutó a Dieguito, lo miraba. Es el único día que lo vi bien”, aunque remarcó que “no estaba casa conveniente para una internación”.

La segunda y última visita fue el 23 de noviembre de 2020. Su relato fue estremecedor: “Llegué como a las 5 de la tarde. Llego y estaba solo, con Coria (custodio) y con una enfermera rubiecita que estaba sentada en el living principal leyendo una revista. Cuando entro, le digo ‘Diego, qué te pasó’. Estaba hinchado, desfigurado, la panza, las manos hinchadas”, narró entre lágrimas.

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