Se esperan sanciones ejemplificadoras por la batalla del clásico platense
El clásico platense se jugó en Mar del Plata y terminó suspendido a 5 minutos del final, en medio de patadas y trompadas entre los jugadores.
Pero a cinco del final y 1-0 a favor del León, la expulsión injusta del arquero Enrique Bologna de Gimnasia, que salvó una pelota afuera del área con el pecho, pero que para el árbitro Silvio Trucco fue mano y lo expulsó, dejó el partido al borde de la explosión.
Con Gimnasia sin cambios fue el marplatense Ezequiel Bonifacio el que dejó la defensa y se puso los guantes para esperar el tiro libre. La pelota pegó en la barrera y terminó en un contraataque del Lobo, entre "guadañazos" que no llegaron destino, hasta que pasando la mitad de cancha Santiago Ascacíbar barrió de atrás a Antonio Medina, y aunque el volante se llevó una roja, el protagonismo se lo llevaron las trompadas, las patadas y los empujones que le siguieron a la amonestación.
LOS PROTAGONISTAS
"Son cosas del fútbol", atinó a decir Pedro Troglio, director técnico del Lobo, "al árbitro se le fue el partido de las manos", agregó el capitán Lucas Licht, intentando repartir la culpa y especialmente alejarla de los planteles. "Me metí a separar y ligué una piña como si estuviera en un boliche", dijo por el lado de Estudiantes Israel Damonte.
El partido terminó suspendido y ahora se espera la intervención del Tribunal de Disciplina, con facultad de aplicar graves sanciones a quienes participaron de los disturbios, luego de ser identificados por los jueces y por las filmaciones del encuentro.
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