La lucha de un nene que unió al país en una plegaria colectiva

Sociedad

Mantuvo en vilo a los argentinos durante dos meses. Su histórica pelea por sobrevivir y el dolor de todos los que conocieron su corta vida.

Dolor, pena, impotencia, silencio. Muchos son los sentimientos que se entrecruzan con la peor noticia. Renzo, el niño correntino que con tan sólo dos años mantuvo en vilo a un país entero y lo unió en un rezo colectivo esperando un milagro, murió en la mañana de este viernes, a dos meses exactos de haber sido trasplantado del corazón.

Un luchador ejemplar, Renzo Salvatore Antonelli nació con una enfermedad congénita cardíaca, una afección que genera que el músculo cardíaco no tenga fuerza para bombear sangre y oxigenar el cuerpo. Y desde el día en que llegó al mundo luchó por sobrevivir.

Los primeros meses de su vida transcurrieron entre el Instituto de Cardiología de Corrientes y el Hospital Garrahan de Buenos Aires, donde le colocaron un corazón artificial e ingresó en la larga lista del INCUCAI a la espera de un corazón que le permitiera seguir viviendo.

Emergencia Nacional. Su cuadro se complicaba aún más. En noviembre Renzo sufrió un accidente cerebrovascular que le inhabilitó la vista y el oído y le paralizó la mitad del cuerpo, pero meses después llegaría la esperanza: el donante.

Una familia, también correntina, tuvo un accidente de moto en el que una nena de dos años perdió la vida y, en medio de tanto dolor, su familia decidió darle la oportunidad a Renzo. Un acto de amor. Puro.

El avión sanitario despegó y la esperanza, el corazón para Renzo, llegó al Garrahan el pasado dos de junio. El país se unió en oración por él y el trasplante se llevó a cabo con éxito. Once horas duró la operación.

La recuperación del pequeño era lenta, hasta que su pequeño cuerpo, ya cansado, comenzó a rechazar el nuevo corazón y su estado volvió a ser crítico.

Los mensajes de aliento se multiplicaban hora tras hora y día tras día por todos los medios de comunicación. Su lucha era acompañada por millones de argentinos que rezaban por su recuperación y se alegraban cuando sus papás compartían, en la cuenta de Facebook que crearon para compartir las novedades, imágenes de su lucha cotidiana.

Su evolución tuvo altibajos y hasta se llegó a hablar  de un nuevo trasplante, que luego fue desmentido. Optimistas, sus familiares seguían pidiendo que recen por él.

Renzo estaba cansado y, tras soportar varios paros cardíacos, permanecía sedado en la unidad de terapia intensiva del Garrahan, con la compañía constante de sus papás, Belén y Haroldo, y de sus abuelos.

El último fin de semana, una recaída lo llevó a un estado muy delicado y fue allí donde se comenzó a hablar de "el milagro para Renzo". Desde entonces, todo fue silencio y oración.

Este viernes por la mañana llegó la peor noticia. 

Analía Anchel

 

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