Cabrero, el padre del campeón

Bancó a muerte la idea de recurrir a las inferiores. Se la jugó por los pibes. Armó un grupo unido en un proceso de trabajo serio. Demostró tranquilidad en todo momento; la misma que plasmó dentro de la cancha. Ramón Cabrero es el dueño de esos fundamentos, esos que fueron la base de la pirámide triunfal que consiguió Lanús.

Uno de los principales artífices del primer torneo local logrado por el "Granate" es el DT. El título se hizo desear, pero llegó y cómo: con un hombre y jugadores del club, el mejor regalo para cualquier hincha.

El entrenador que estaba madurando en las inferiores de Lanús saltó a Primera en noviembre de 2005, pasó de ocupar el banco en los juveniles para tomar el timón del plantel mayor en un momento duro (renuncia de Néstor Gorosito en el Apertura '05) y se quedó con toda la gloria. Le devolvió la alegría a buena parte del Sur.

Muchos pensaban en su momento que lo de Cabrero sería un mero interinato. Pero con el correr de las fechas fue plasmando sus ideas para lograr una notable recuperación. El entrenador acumulaba algo de experiencia por haber dirigido en el ascenso, pero principalmente conocía a todos los jugadores.

Se la jugó, apostó a los chicos del club y le salió bien.  No fue casualidad, se trata de un proceso, esa palabra que se conoce poco en el fútbol argentino. Ser escolta de Boca en el Clausura '06 anticipaba que algo bueno podía pasar, y así fue.

“No le tengo miedo a la presión”, había manifestado Cabrero alertando sobre la ganas de campeonato de su equipo. “Este equipo juega con personalidad. Hace dos años que venimos jugando por cosas importantes".  Y de tanto buscar, Lanús por fin lo encontró: campeón del fútbol argentino.

Cabrero plasmó en sus jugadores toda su capacidad. Ellos no lo defraudaron y todos juntos conocieron el sabor más hermoso, el de la gloria. Salud por ellos.

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