El amor se mueve por razones científicas ajenas al corazón

EFE
Por EFE

El amor, ese bendito sentimiento que nubla la razón y quiebra la voluntad, no es totalmente ciego. Al contrario de lo que se piensa, el amor se mueve por razones científicas ajenas al corazón. Al menos eso es lo que afirma en su último libro el escritor y periodista Eduardo Punset, que fue economista del Fondo Monetario Internacional en Estados Unidos.


 


El amor siempre ha estado asociado a la moral, al corazón. Durante muchos siglos se ha pensado que se trataba de un sentimiento ajeno a la mente, al que no se le podía dar ninguna explicación científica. Pero Punset asegura que el amor sigue unas razones evolutivas y biológicas y, por lo tanto, científicas.


 


La Ciencia también revela otras claves del amor y de la vida en pareja, como el porqué de la monogamia, del enamoramiento o de la inclinación y decisiones sexuales de las personas.


 


Según una vieja leyenda griega elaborada en el Banquete de Platón las personas éramos al principio de nuestra existencia unos seres muy orgullosos, con dos cabezas, cuatro brazos y cuatro piernas, hasta que un día Zeus decidió como castigo partir nuestro cuerpo en dos. Desde ese día, cada una de las partes busca sin cesar su otra mitad.


 


El escritor y periodista español Eduardo Punset cuenta en su último libro, El viaje al amor, que así era cómo los antiguos griegos explicaban nuestra constante búsqueda del amor. Ese sentimiento, aparentemente irracional, que nos vuelve en ocasiones irremediablemente vulnerables, inseguros y celosos.


 


El sentimiento sigue siendo, según él, exactamente lo mismo que hace dos mil millones de años: un mero instinto de supervivencia.


 


Para el escritor –que también fue presidente de la delegación del Parlamento Europeo en Polonia y economista del Fondo Monetario Internacional en Estados Unidos- el amor no es más que “un instinto de supervivencia en un entorno de soledad”.


 


Siempre ha existido, según Punset, el impulso de fusión con el otro. Fue eso, precisamente, lo que le llevó a reproducirse a la primera célula que habitó el planeta, y lo que, todavía hoy, hace que millones de personas decidan iniciar una nueva vida junto a otra.


 


El autor asegura que la ciencia también revela otras claves del amor y de la vida en pareja, cómo el porqué de la monogamia o del enamoramiento.


 


Según Punset, es habitual que la monogamia sea en la actualidad la forma más extendida de la relación en pareja porque los padres siempre han mostrado lo largo de la historia su preocupación por que sus crías salieran adelante.


 


El enamoramiento tampoco es irracional, ni acientífico. “Para que tal sensación se convierta en amor, es necesario que la memoria no encuentre en sus archivos nada semejante”, comentó el escritor. El atractivo debe resultar inédito.


 


También reveló algunas claves de la selección sexual, de qué es lo que nos mueve a la hora de escoger pareja, qué es lo que nos decanta por una u otra persona. En este sentido, el escritor se apoya en las recientes investigaciones científicas que aseguran que la selección sexual, es decir, nuestra elección de pareja, tiene mucho más que ver con las razones de simetría del rostro de nuestro compañero, que con las razones y gustos culturales, que eran los que siempre habían predominado.


 


El escritor es consciente de que el amor y nuestra capacidad de amar tienen mucho que ver con nuestras primeras experiencias. Y es que nuestra infancia la que determina en gran parte, según el autor, el desenlace del amor adulto.


 


La falta de amor materno durante la etapa niñez hará a la persona menos segura que el resto y esto le originará una menor confianza en sí mismo y una mayor dificultad a la hora de encontrar pareja.


 


Esta es una de las claves que el autor revela en su último libro que, además, incluye un test para los interesados en conocer cuál es su capacidad de amar a los demás.

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