De Boca a River: cuando la "maldición" cambia de vereda

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Cuando parecía que todo estaba a punto de explotar, La Bombonera bancó a Bianchi y el Xeneize volvió al triunfo. Del otro lado, en Núñez no encuentran el rumbo.

El fútbol argentino es siempre una caja de sorpresas. Y en la vorágine del exitismo que se suele vivir, sobre todo en los torneos cortos, Boca y River son sin dudas los máximos exponentes de un extremismo que endiosa apresuradamente en los triunfos y castiga sin piedad cuando la mano viene torcida.

La última semana tuvo tres fechas en donde los equipos más grandes de Argentina pasaron de la nada a gloria, y de la gloria a la nada, todo esto siguiendo la ilógica "lógica" del pensamiento del hincha argentino.

El caso de Boca es conocido. Luego de caer ante Atlético de Rafaela entre semana y sumar un punto sobre nueve posibles en el comienzo del Torneo Final, el futuro de Carlos Bianchi asomaba cada vez más oscuro y todo hacía prever que el encuentro ante Estudiantes podría ser definitivo.

Sin embargo, el comienzo de la tarde ya dio indicios de lo que vendría. Apenas pisó la cancha el Virrey, La Bombonera se vino abajo en un solo grito de apoyo y el "que de la mano de Carlos Bianchi, todos la vuelta vamos a dar" retumbó desde los cuatro costados. 

Un rato después, Boca consumó su primer triunfo ante el Pincha y fue despedido con una gran ovación. Sí, el mismo equipo que tres días atrás era un manto de sombras e incertidumbre en la noche rafaelina.

En la otra vereda, el panorama viene al revés. River debutó con un triunfo ante Gimnasia La Plata y luego se trajo un valioso punto de Rosario ante Central. El siempre ponderado Ramón Díaz parecía haberle por fin encontrado la vuelta a su equipo y el mote de candidato al título comenzaba a sonar cada vez más.

Sin embargo, bastaron dos partidos para que todo se dé vuelta. Godoy Cruz dio el gran golpe en el Monumental por la tercera fecha y la caída ante Colón del domingo por la noche terminó de desmoronar todo. Ahora, es el entrenador riojano el que está en la mira, y sólo el título de "más ganador de la historia del club" lo sigue respaldando incondicionalmente.

Para colmo, el próximo partido ante San Lorenzo seguramente se jugará sin público por la sanción que se le impondrá a River tras la agresión a Leandro Grimi y la gente no podrá bancar al riojano, tal como sí pudo hacerlo la parcialidad de Boca con Bianchi este domingo.

De esta forma, y aunque cueste creerlo, ahora todo parece esperanza en el mundo Boca, mientras que River parece inmerso en una crisis futbolística difícil de levantar.

La realidad indica que ambos tienen cuatro puntos sobre doce posibles en el Torneo Final, y que deberán mejorar y mucho si es que quieren ser protagonistas. Pero la realidad "del tablón" hoy hace que Boca disfrute, y River sufra.

En este fútbol argentino tan cambiante, vertiginoso y existista, seguramente la semana que viene haya cambiado todo y el análisis sea otro. Pero por ahora, la realidad es la única que sigue mandando. El que quiera entenderlo, podrá ver las cosas como son. El que no, seguirá mirando el vaso lleno o vacío según le convenga.


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