La familia de Andreola recibió un nuevo casete como prueba de vida
La familia del empresario del transporte Franco Andreola, secuestrado hace 23 días, recibió esta madrugada una segunda prueba de vida de sus captores.
Los voceros explicaron que la familia encontró un nuevo casete, con una grabación de la víctima y espera que se acuerde el pago de inmediato para lograr la liberación de la víctima.
El secuestro ocurrió el 29 de agosto último cerca de las 23:45, cuando un grupo de empresarios del transporte de larga distancia se encontraba cenando en un quincho de la firma El Rápido San José, que pertenece a la compañía Flechabus, en la calle Río Cuarto 1963 del barrio porteño de Barracas.
En medio de la cena, al menos siete delincuentes ingresaron al lugar, que está en un galpón de la firma, y con armas amenazaron a todos los presentes.
Ninguno de los comensales opuso resistencia, de manera que la banda estuvo sólo 15 minutos en el lugar y hasta entonces todos creían que se trataba de un simple robo.
Pero los delincuentes preguntaron quién era el dueño de un automóvil Mini Cooper estacionado en la puerta del galpón.
Andreola, que vende en la Argentina las carrocerías Busscar, de origen brasileño, dijo que era de él y mostró la llave, pero los delincuentes no fueron al auto, sino que tomaron al hombre por la fuerza y se lo llevaron en uno de los vehículos en los que habían llegado.
Los dueños de Flechabus, los hermanos Raúl y Guillermo Derudder, y los otros empresarios presentes denunciaron el hecho de inmediato en la comisaría 30, con jurisdicción en la zona, pero la policía no pudo alcanzar a los delincuentes.
Los delincuentes tardaron dos días en realizar la primera llamada extorsiva en la que pidieron 500 mil dólares de rescate.
La hipótesis inicial fue que los secuestradores se equivocaron de persona, ya que Raúl Derudder había vendido dos días antes un Mini Cooper igual al que tiene Andreola.
La sospecha de la confusión de empresario se acentuó el miércoles pasado cuando los secuestradores se comunicaron para decirle a la familia: "Si no tienen la plata, pídensela a Raúl Derudder".
Sin embargo, fuentes judiciales aseguraron que antes de capturar al empresario, los delincuentes les robaron pertenencias a los presentes, miraron las billeteras y documentos de todos, incluso de Andreola, por lo que el fiscal y el juez federal que manejan el caso creen que en realidad sabían a quién se llevaban.
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