Mar del Plata: un alumno hizo un castillo de naipes en el colegio y se volvió viral
La escuela felicitó al estudiante que utilizó su tiempo de recreo para construir la pila de naipes. Sus compañeros lo celebraron al grito de "dale campeón".
El video de un estudiante de una escuela secundaria de Mar del Plata se volvió viral en redes sociales por una actividad que ahora es poco común en los recreos. El adolescente construyó una torre de cartas completa, un desafío que fue festejado por sus compañeros y otros estudiantes al grito de "dale campeón".
El mismo, rodeado de otros alumnos que tomaban distancia y mantenían la calma para no arruinar el proyecto, logró apilar los naipes uno por uno y armar la torre sin que se caiga. Cuando terminó, una horda de chicos y chicas lo celebró mientras el autor seguía en calma: ¿quizás la clave para lograr su cometido?
"Motricidad fina, paciencia y atención. Festeja la hinchada y seguimos anotando éxitos en los beneficios de no usar el celular en el colegio", escribieron desde la cuenta de Instagram del Colegio CADS.
De un tiempo a esta parte, el uso de los celulares en las aulas fue restringido: mientras las escuelas municipales se adaptan a la prohibición de los mismos a partir de la promulgación de una ordenanza, en escuelas provinciales y de gestión privada se replica la medida con cajones de guardado de teléfonos previo a cada clase y con charlas de concientización sobre el uso indebido de la tecnología.
Un alumno ganó dos millones mientras estaba en clase: el impacto del uso intensivo de pantallas en las aulas
Cinco horas y 27 minutos por día: ese es el promedio de tiempo que los adolescentes argentinos pasan frente a la pantalla del celular. Equivale a 77 días completos por año. La mitad de ese tiempo se consume en Tik Tok. El dato surge de un estudio preliminar realizado este año por el investigador del Conicet, Alejo Barbuza sobre 838 estudiantes de entre 11 y 18 años.
“Nos volvimos dependientes del teléfono. Si no estamos pegados, no sabemos qué hacer”, reconoce Nicolás Ledesma, al diario La Gaceta. Algunos contaron que pasan hasta 10 horas mirando la pantalla del celular.
Hace un mes, el alumno Lautaro Cajal ganó dos millones de pesos jugando a un juego de apuestas mientras estaba en clase. “Creo que esto pasa porque las clases no son entretenidas”, dijo, con culpa, porque reconoce que debería haber estado escuchando al profesor.
Esta es una de las tantas aristas en las que la lógica escolar entra en tensión con los algoritmos. “La escuela trabaja con procesos, con la acumulación de contenidos y la construcción de pensamiento complejo. En las redes todo es inmediato. No se puede aprender un proceso histórico en 40 segundos”, planteó la pedagoga María de la Paz Yabraian, especialista en innovación educativa.
A mayor cantidad de horas frente a las pantallas, mayores reportes de ansiedad y depresión, según refleja el estudio preliminar del Conicet que está desarrollando el investigador Barbuza. “Desde 2012, con la masificación de los smartphones, todos los indicadores de salud mental en adolescentes empezaron a deteriorarse”, plantea Augusto Salvatto, politólogo y autor del libro La era del malestar, en videollamada desde Colombia. “Esta tecnología llegó a una sociedad que ya premiaba la inmediatez, la exposición, el exitismo. Se construyó una cultura donde todo debe ser rápido, validado por otros y sin espacio para la frustración”, dijo.
Hoy, los trastornos de ansiedad representan el 18% del total de las consultas en el Siprosa, por encima de otras problemáticas como las psicosociales y socioeconómicas (12%) y las adicciones (8%). Las consultas por trastornos del humor (como depresión o trastorno bipolar) crecieron un 22% en la última década. El 60% de quienes consultan por salud mental son mujeres; el 9% son adolescentes y el 17% adultos jóvenes de entre 20 y 29 años.
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