Su hijo murió de cáncer y él le hizo un videojuego para hacerlo inmortal
Joel falleció en 2014 por un tumor terminal, pero su papá, junto a un pequeño estudio de videojuegos, lograron hacerlo vivir para siempre a través de su propia aventura: "That Dragon, cancer".
Para ello, el juego se vale de una estructura lineal pero muy poco convencional para un videojuego. No hay armas, ni enemigos a los que matar ni puzles que resolver. El aspecto del juego, con un uso de polígonos que recuerda a los títulos de mediados de los noventa, difumina lo suficiente los rostros de Ryan y Amy para que cualquier jugador pueda ponerse en su piel.
De Joel no se puede reconocer ningún rasgo, aunque su voz, sus risas o sus llantos están presentes en todo momento.
Con motivo del lanzamiento del juego, Amy Green escribió en el blog que la familia ha mantenido abierto durante el desarrollo del título. En él, llama a los jugadores a que celebren el lanzamiento con una ración de tortitas, la comida favorita de Joel.
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