Hungría reprimió violentamente a cientos de refugiados en la frontera con Serbia

Mundo

La policía húngara se enfrentó con un grupo de refugiados que intentaba escapar hacia territorio serbio y arrojaban piedras y botellas de agua mineral contra los efectivos.

La policía húngara reprimió este jueves con gases y carros hidrantes a cientos de refugiados que derribaron una valla de alambre en la frontera con Serbia en un desesperado y fallido intento de salir del limbo legal en el que se encuentran atrapados desde que Hungría sellara el miércoles su territorio para detener el flujo de migrantes.

Con el cierre de las fronteras de Hungría y, por ende, de su principal vía de ingreso a la Unión Europea (UE), cientos de personas que han recorrido miles de kilómetros para llegar a Europa huyendo de guerras en sus países empezaron a tomar una nueva y más larga ruta hacia el oeste europeo a través de Croacia.

Buscando bloquear también esa vía alternativa, el primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orban, anunció este jueves que su gobierno planea levantar una valla en la frontera con Croacia, luego de que completara otra en el límite con Serbia y de que dijera ayer que planeaba extenderla a la frontera con Rumania.

Frustrados tras pasar un día del lado serbio, aunque técnicamente en una franja de territorio entre puestos fronterizos de ambos países, decenas de refugiados arrojaron piedras y botellas de agua mineral contra policías antimotines húngaros mientras exigían a los gritos que se les permitiera entrar a Hungría.

La policía, posicionada detrás de un doble vallado, respondió con un lanzamiento indiscriminado de gases pimienta y lacrimógenos y arrojando chorros de agua desde un camión hidrante, luego de que los refugiados derribaran la primera de las cercas.

"Libertad!" y "Abran las puertas!" gritaban los refugiados, provenientes en su mayoría de países en conflicto como Siria o Afganistán y cuya meta es llegar a Europa Occidental, principalmente a Alemania.

Los disturbios, que desataron una fuerte protesta de Serbia y dejaron dos refugiados heridos de gravedad y entre 200 y 300 que tuvieron que recibir atención médica, ocurrieron en un pequeño paso fronterizo en la localidad serbia de Horgos, a corta distancia del principal paso a Hungría, en la localidad de Roszke.

La oficina de Orban informó que 29 refugiados fueron detenidos en los choques, entre ellos un "terrorista", sin dar más detalles.

El vocero del gobierno húngaro, Zoltan Kovacs, dijo que los protagonistas de los desórdenes en la frontera con Serbia eran un peligro para el país.

"Estas personas no son pacíficas. No quieren simplemente pasar por Hungría. Representan un claro peligro. ¿Ustedes creen que refugiados armados estarían atacando a policías y tratando de entrar al país? Yo no lo creo", dijo el vocero a periodistas.

Fuentes médicas de la ciudad fronteriza serbia de Kanjiza dijeron que dos refugiados sufrieron heridas de gravedad, entre ellos uno con una lesión en la cabeza, y que entre 200 y 300 pidieron atención médica por haber padecido cortes, golpes y quemaduras o problemas en los ojos por el uso de gas lacrimógeno.

Los heridos fueron llevados a Kanjiza por ambulancias enviadas a Horgos por el gobierno de Belgrado.

El primer ministro serbio, Aleksander Vucic, condenó el "tratamiento brutal" de los migrantes por la policía húngara y advirtió al país vecino que no vuelva a tirar gases lacrimógenos hacia territorio de Serbia.

Vucic, de visita en Estados Unidos, dijo que mañana discutirá la represión húngara en su encuentro con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y agregó que también debería haber una respuesta europea a la actitud del gobierno de Orban.

El ministro del Interior de Serbia, Nebojsa Stefanovic, dijo que se enviarán más policías a la frontera para evitar ataques a los agentes húngaros, pero llamó a la policía magiar a "tratar a los migrantes menos agresivamente".

Desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se manifestó "impactado" por el maltrato a los refugiados en Hungría.

En los últimos meses, Hungría se convirtió en la principal puerta de entrada a la UE para una aluvión sin precedentes de migrantes, la mayoría de los cuales son refugiados de guerra. Más de 200.000 ingresaron al país en lo que va del año, la mayoría de ellos por su frontera sur, con Serbia, para luego seguir viaje a Alemania.

Horas después de los disturbios en Horgos, el ministro de Trabajo serbio, Aleksandar Vulin, acudió a la zona y se dirigió a los refugiados pidiéndoles calma.

Colectivos fletados por la policía serbia se llevaron posteriormente a muchos refugiados al centro de acogida de Kanjiza y la situación en la frontera se tranquilizó.

Los hechos de violencia ocurrieron un día después de la entrada en vigor en Hungría una ley que prevé penas de entre uno y tres años por el cruce ilegal de la frontera, que pueden elevarse hasta los cinco años si se hace dañando la valla construida en los últimos meses en la frontera con Serbia.

Este jueves, en la ciudad de Szeged, a unos 20 kilómetros de la frontera con Serbia, un tribunal local comenzó a aplicar esta nueva legislación y dictó la expulsión de Hungría, en juicios de apenas 80 minutos, de nueve refugiados y la prohibición de regresar al país por períodos de entre uno y dos años. Asimismo, la policía de Hungría informó que 519 personas fueron detenidas hoy por cruzar ilegalmente la frontera desde que entró en vigor la nueva ley.

Pese a las tensiones de este jueves en la frontera con Serbia, la situación en Hungría ha cambiado esencialmente y el miércoles las autoridades interceptaron a poco más de 300 refugiados que entraron en el país de una manera ilegal, mientras que en los días anteriores ese número llegó a alcanzar en ocasiones los 10.000.

Ante el cierre de la ruta húngara, los refugiados han comenzado a dirigirse hacia Croacia. En vista de que la doble valla fronteriza y las severas leyes han detenido la ola de refugiados, el gobierno húngaro ha comenzado ya la construcción de otro muro en un tramo de su frontera con Rumanía, una medida criticada duramente por este país, socio, como Hungría, de la UE.

En una entrevista con la edición digital del diario alemán Die Welt, el nacionalista Orban dijo que "tendremos que extender también la valla a la frontera con Croacia".

Temas

Dejá tu comentario