Juegos Olímpicos: son marido y mujer y representarán a Argentina en una disciplina histórica

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En la antigua Grecia, la búsqueda del "soldado perfecto" sirvió como puntapié para el desarrollo del pentatlón, competición que mezclaba cinco pruebas con el objetivo de que aquellos que la practiquen sean "superiores a los demás".

Más acá en el tiempo, el Barón Pierre de Coubertín, creador de los Juegos Olímpicos Modernos, modernizó la disciplina y la incluyó en el calendario de la competencia, que tuvo su debut en Estocolmo 1912. Así fue como surgió el denominado Pentatlón moderno, deporte olímpico que combina las pruebas de esgrima, tiro, equitación, natación y carrera. Todo en una misma disciplina.

Este deporte, completamente desconocido para la gran mayoría de los argentinos, no tiene presencia celeste y blanca en un Juego Olímpico desde Roma 1960. Sin embargo, la inminente competencia que se llevará a cabo en Río de Janeiro volverá a disfrutar de un representante argentino...o mejor dicho, dos.

Emmanuel Zapata será el encargado de llevar la bandera albiceleste en tierras brasileñas, aunque no estará solo. Su esposa Iryna Kohklova, nacida en Ucrania, aseguró en los últimos días su pasaje y competirá por primera vez para Argentina en un Juego Olímpico tras hacerlo representando a su país de origen en Londres 2012.

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"Es un orgullo poder ir juntos a los Juegos bajo la misma bandera. Es muy emocionante para nosotros. Ella está muy contenta y agradecida de cómo la recibió nuestro país. Ahora ya estamos más tranquilos y con la cabeza puesta cien por ciento en Río", aseguró Zapata en diálogo con minutouno.com desde Rusia, donde viajó a disputar el Campeonato Mundial de la especialidad.

Zapata consiguió su pasaje hace casi un año, en los Panamericanos de Toronto en los que se ubicó en la quinta posición. Kohklova, en tanto, tuvo que esperar (mientras se recuperaba de una lesión) a que finalizara hace pocos días en Moscú el último torneo que daba puntos para la competencia olímpica. "Como ella tuvo un año excelente no era necesario que compitiera para clasificar. Así que en ese sentido estábamos tranquilos y sabíamos que estaba casi adentro", relata su marido.

Zapata
El atleta, que además es Cabo del Ejército, tendrá entonces la doble responsabilidad de representar al país después de tanto tiempo y de acompañar a su mujer en su primera experiencia vistiendo la celeste y blanca.

"Después de los Juegos de Londres nos pusimos de novios e hicimos formal nuestra relación. El poder hacer lo que me apasiona con la persona que amo y elijo como esposa es lo mejor que me pudo pasar. Y compartir todo lo que compartimos es una bendición", se sincera.

EL ROL DEL EJÉRCITO

El pentatlón moderno es una disciplina íntimamente ligada al ámbito militar
y el legado familiar fue clave para que Zapata comenzará a desarrollar el deporte.

Además de Emmanuel, sus hermanas Pamela y Ayelén también se dedican a lo mismo y fue su padre junto a su entrenador, Guillermo Filipi (con quien trabajaba en el Ejército), los que lo introdujeron en la actividad. "Yo era corredor de pista, me llamó mucho la atención y decidí empezarlo a entrenar como un juego. Mi primer y más grande reto fue aprender a nadar, ya que hasta ese momento no sabía y por mi edad era muy difícil que pudiera alcanzar una marca competitiva como la que tengo", cuenta.

Sobre la divergencia que se da entre su rol como militar y su faceta de atleta de alto rendimiento, Zapata admite: "Me encanta que esa combinación pueda existir. La verdad que sin el Ejército jamás hubiese podido empezar a practicar alto rendimiento. Tengo tiempo completo para poder entrenar y prepararme para mis competencias".

SOÑAR NO CUESTA NADA

Si bien admite que soñar con traerse una medalla de Río "es algo muy difícil", no duda en afirmar que no es imposible. "Para mí lo imposible no existe. Sí hay que ser conscientes de que no son los Panamericanos. Acá vamos a enfrentarnos con potencias como Rusia, Ucrania, Lituania, China etc...que tienen mas de 100 años de experiencia en este deporte", aclara.

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Finalmente, a la hora de referirse a la posible presión que pueda surgirle por representar al país después de tantos años de ausencia, Zapata pondera el trabajo realizado por él y su grupo y toma esto como positivo.

"La verdad que es un honor para mí y para mi grupo de trabajo. Como siempre digo, nuestra clasificación no es solo por nuestras horas de entrenamiento, sino también por las horas de trabajo de mis entrenadores, compañeros de entrenamiento y dirigentes de la Federación. Es el reflejo del trabajo de esas personas",
aseguró.

Con el apoyo del ENARD ("Hizo una notable diferencia despues de su creacion") y en base a un duro entrenamiento de hasta 8 horas diarias, Emmanuel Zapata alcanzó el sueño que perseguía desde hace tanto tiempo. Con el aliciente de que al lado suyo estará su esposa, compitiendo palmo a palmo a su par y acompañándolo como siempre, aunque esta vez bajo la misma bandera.

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