Cristina Kirchner le prometió al Papa un homenaje al padre Carlos Mugica en la 9 de Julio

Sociedad

Se trata de uno de los referentes de los curas villeros, fundador de la parroquia Cristo Obrero de la Villa 31. Estuvo vinculado a las luchas populares de la Argentina de las décadas de 1960 y 1970 y fue asesinado a balazos presuntamente por la Triple A en 1974.

La presidenta Cristina Kirchner le trasmitió el lunes al papa Francisco la iniciativa del Gobierno nacional para homenajear al padre Carlos Mugica, ''con una imagen en la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires en homenaje a él y a los curas villeros'' realizada por el artista Alejandro Marmo, el mismo autor del rostro de Eva Perón que se encuentra emplazado en el edificio del viejo ministerio de Obras Públicas (hoy Desarrollo Social).

Nacido en 1930 en una familia adinerada, Mugica abandonó los estudios universitarios de derecho a los 21 años para ingresar en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires. Después de ser ordenado presbítero también actuó como asesor de jóvenes universitarios y profesor de Teología en la Universidad del Salvador.

En 1954, comenzó a trabajar en la asistencia de familias empobrecidas desde la parroquia de Santa Rosa de Lima, en la ciudad de Buenos Aires. Ahí, se acercó cada vez más al movimiento político denominado peronismo, y a algunas ideas de Ernesto Che Guevara, Camilo Torres Restrepo y Hélder Cámara.

Además de su tarea pastoral en la entonces Villa del Puerto que ocupaba los terrenos linderos al ferrocarril que rodeaban el edificio del Correo, en la década del 60` Mugica era asesor espiritual de la Juventud Estudiantil Católica del Colegio Nacional de Buenos Aires y de la Juventud Universitaria Católica de la Facultad de Medicina. En 1964, la JEC del Buenos Aires tomó fuerza con el ingreso de Carlos Gustavo Ramus, que llegó a ser su Presidente, incorporando a Mario Eduardo Firmenich entre otros. Años más tarde, bajo la dirección de Fernando Abal Medina, éstos fundarían la célula primigenia de la organización armada Montoneros.

Mugica formó a esos jóvenes en la cosmovisión de Pierre Teilhard de Chardin y en la doctrina del compromiso con el mundo de Emmanuel Mounier, Yves Congar y Michel Quoist, teólogos de cabecera de las nuevas generaciones. En referencia al tema de la lucha armada, en el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo —al que Mugica pertenecía— existía una gradación de posturas en el sacerdotes enrolados, desde las radicalizadas hasta las moderadas, situación que continuaría luego de la muerte de Juan Domingo Perón en 1974. A diferencia de otros sacerdotes tercermundistas como el padre Alberto Carbone, asesor nacional de la Juventud de Estudiantes Católicos, que mantenían un contacto más cercano con las llamadas "formaciones especiales", Mugica se alejó de la justificación teológica de la violencia armada.

Luego del regreso de Perón, Mugica tomó una postura crítica hacia Montoneros, en un creciente distanciamiento con su cúpula dirigente.

Debido a su "opción por los pobres" concretada en una activa militancia social y por su independencia política recibió críticas de todos los sectores; amenazas de muerte y diversos ataques e intentos de matarlo. El 11 de mayo de 1974 fue emboscado cuando se disponía a subir a su auto Renault 4 azul estacionado en la puerta de la iglesia de San Francisco Solano de la calle Zelada 4771 en el barrio porteño de Villa Luro donde acababa de celebrar misa.

Con el tiempo, la opinión mayoritaria se inclinó por imputar el crimen a la organización de derecha Alianza Anticomunista Argentina (La Triple A).





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