El ambicioso plan de Riquelme: la ampliación de La Bombonera sin mudarse del barrio
Boca proyecta elevar el aforo del estadio a más de 80 mil personas con un diseño propio que dejará atrás los proyectos anteriores y sin comprar propiedades linderas.
A 85 años de su inauguración, la Bombonera se prepara para vivir una transformación histórica. Con la mira puesta en ampliar su capacidad y modernizar sus instalaciones, Boca activó un plan ambicioso, ideado en silencio por Juan Román Riquelme y su equipo, que busca concretar la esperada remodelación sin adquirir casas vecinas ni trasladar el club a otra zona.
El proyecto, dado a conocer por el periodista Federico Cristofanelli para Infobae, prevé un salto de calidad y aforo que podría llevar al estadio a albergar hasta 83 mil espectadores.
Lejos de iniciativas previas como la Bombonera 360, el estadio en la Isla Demarchi o el Proyecto Esloveno, el nuevo master plan se concentra en una intervención clave: la demolición de las plateas y palcos preferenciales de la calle Del Valle Iberlucea para levantar una nueva estructura que cierre el anillo inferior del estadio.
El rediseño incluye la creación de más palcos, una platea que llegará hasta el campo de juego, la reubicación de los bancos de suplentes y pupitres de prensa, y un túnel único para ambos equipos.
Los puntos clave del proyecto de ampliación de La Bombonera que impulsa Riquelme
Uno de los ejes centrales del plan es que no será necesario comprar propiedades linderas, algo que hasta ahora había sido el gran obstáculo de cualquier propuesta de ampliación. La estructura ganará espacio aéreo sobre Iberlucea -algo permitido desde 1995-, y se contempla correr unos metros el campo de juego hacia las vías para optimizar el espacio.
Según estimaciones preliminares, el costo total rondaría los 100 millones de dólares, aunque los contadores del club aseguran que podría financiarse íntegramente con tres años de preventa de palcos. Además, ya hay entre cuatro y cinco empresas argentinas que ofrecieron financiamiento.
La capacidad se incrementará de los actuales 56 mil espectadores a un rango que podría oscilar entre 71 mil y 83 mil, dependiendo de los estándares de FIFA en cuanto a butacas. La cantidad de palcos, por ejemplo, pasará de 86 a 240. Además, se instalarán ascensores en los sectores de las esquinas, se construirá un techo que cubrirá toda la tercera bandeja y se añadirá una pantalla LED que rodeará el estadio. Las nuevas plateas preferenciales llegarán hasta el césped, replicando el modelo de la Platea L, y los bancos de suplentes se ubicarán frente a ellas.
Una de las modificaciones más importantes estará en la popular baja, que al eliminar el túnel visitante podrá acercarse aún más al campo de juego, generando un incremento de aproximadamente 10 mil ubicaciones. Durante las obras, el equipo podría tener que mudarse entre tres y seis meses a otro estadio: el Único de La Plata, el Nuevo Gasómetro o el José Amalfitani aparecen como opciones viables.
Por ahora, la prioridad del club es no recurrir a préstamos ni vender el “naming” del estadio, aunque esta última posibilidad no está descartada. Lo concreto es que Riquelme ya definió el camino: Boca ampliará su templo sin salir de casa y con un proyecto que busca dejar una huella arquitectónica tan potente como su historia futbolística.
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