Michetti: "El rival principal es Martín Lousteau"

Política

En una entrevista exclusiva para Buenos Aires Herald, la precandidata a jefa de Gobierno porteño analizó la interna partidaria y qué ocurriría si Macri no triunfa en las elecciones de octubre.

- ¿Cuál el sello distintivo de su candidatura en el marco de la continuidad de la actual gestión en Buenos Aires?
- Si los ciudadanos nos dan de nuevo la confianza para seguir gestionando los recursos públicos, se entraría en una tercera etapa de gobierno que tiene un desafío muy ligado a mi perfil. Hay una tarea pendiente muy necesaria de hacer con el área metropolitana. Es una tarea vinculada a temas trascendentales para la vida del porteño como lo son el transporte, los temas de salud, de limpieza, de educación, con las áreas del conurbano de la provincia de buenos aires. En ese sentido, una de mis cualidades es la capacidad de vincularme virtuosamente con políticos, funcionarios, personas que pertenecen a otros espacios políticos, a otras jurisdicciones. Muchas de las relaciones políticas que hoy tiene el PRO tienen que ver con una confianza personal que yo fui generando con líderes de otros espacios. La posibilidad de vincularme con personas que piensan distinto, y de entender que siempre hay puntos en común. La otra tarea es la de disminuir más aún la tasa de pobreza y desigualdad de la Ciudad de Buenos Aires. En ese tema, hoy sigue trabajando el equipo que yo tenía cuando era Vicejefa de la Ciudad, y que trabaja los temas sociales y la urbanización de villas. Creo que hay que profundizar. La Ciudad de Buenos Aires puede ser, como fue el caso de Medellín, Bogotá, Río de Janeiro, un caso modelo de cómo urbanizar los territorios más irregulares en cuanto a la presencia del Estado. Si se mejora el hábitat de las personas, se mejoran las tasas de desigualdad y pobreza.
- ¿Le faltó humanización a la gestión actual de la ciudad?
- No creo que le haya faltado, sino que nos encontramos con una desorganización que existieron otras prioridades. Los primeros dos años de gestión fueron muy difíciles porque no tuvimos que trabajar hacia adentro del trabajo. Cuando llegamos, no sabíamos dónde estaban los bienes muebles. Entonces, necesitamos hacer un proceso previo. Tampoco es que no se hizo porque también se lograron cosas en el plano social, educativo y de reducción de la mortalidad infantil, por ejemplo.Tenemos indicadores sociales importantes.
- Recientemente mencionó que por primera vez había percibido cierta discriminación de género en la política. ¿Sintió algún tipo discriminación a partir de la interna del PRO?
- No soy especialista en el tema, pero sin ser especialista, se puede intuir que si existe un pensamiento que vincula a la mujer con cierta facilidad de realizar la tarea legislativa, que en este caso sería yo, y a Horacio con desempeñarse en tareas ejecutivas, evidentemente hay alguna vinculación con entender a lo masculino con lo ejecutivo y lo femenino con la deliberación.
- Me da la impresión que si bien eso está en las cabezas de personas del PRO, eso también está en la sociedad. No es exclusivo del PRO.
- Yo creo que lo femenino y lo masculino tienen características diferentes. Sé que lo femenino agrega valor en tanto tiene más mirada de largo plazo, de proceso, de integración, empatía. Ese valor agregado funciona si lo pongo en juego.
- ¿Hay apoyo del PRO a su candidatura hoy?
- Sí, definitivamente hay apoyo del partido. Lo que hay es una diferencia de Mauricio y de algunos dirigentes del PRO con relación a qué rol tenía que jugar yo en estas elecciones. Pero no sabemos cuántos hay de un lado y cuántos del otro, debido al crecimiento que tuvo el PRO en este tiempo.
El apoyo real es el de dar la posibilidad de internas. Si Mauricio Macri no hubiera mandado la ley de internas a la legislatura, yo no hubiera sentido que contaba con el apoyo. Para mí, eso fue fundamental.
- ¿Y para las campañas?
- En eso, cada candidato está buscando su apoyo financiero, su militancia, fiscales. Después, tenemos en partes iguales lo que le corresponde al partido en términos de financiamiento público, y después cada uno se las rebusca como puede.
- Pasadas las primarias, ¿quién es tu rival principal para llegar a ser jefa de gobierno?
- Después de la interna, pareciera que el candidato que más mide es Martín Lousteau.
- ¿Podría venir por fuera del PRO?
- No creo. Hoy tenemos muchos dirigentes que han crecido, que tienen ganas y potencialidad, y eso es bueno tenerlo en cuenta.
- Si usted llegara a ser jefa de gobierno y Macri perdiera la presidencial, ¿cómo evalúa el futuro de Macri como líder del partido? ¿Podría interpretarse una doble derrota para Macri?
- Primero, creo que Macri tiene muchas posibilidades de ganar las elecciones. Así que creo tiene una enorme posibilidad de ganar. Más allá de eso, todos somos el PRO. Yo soy constructora de este espacio desde el día uno, y estoy en el sello del PRO. Por otra parte, nadie va a discutir (pierda, gane o empate) que Mauricio Macri es el líder del PRO.
- Fue una de las promotoras de una apertura del espacio político, se conoce su amistad con Ernesto Sanz. ¿La alianza con la UCR es una victoria suya?
- Me da alegría sentir que la visión que he tenido siempre se va concretando en la realidad, y que se va ganando terreno en el sentido de la representación. Yo siento que hay gente muy valiosa en otros espacios, y que Mauricio tiene la capacidad de liderar, más allá de que hoy Ernesto Sanz y Elisa Carrió hablan de competir con el PRO.
También es cierto que hoy Mauricio está por encima en términos de posibilidades. Pero no soy de quienes creen que todo lo bueno está dentro de una organización. Soy una fanática de mi partido en el buen sentido, pero también soy consciente de que hay que mantener la auto crítica, la impronta de la libertad y de la apertura.
- ¿Usted sabe que hay resistencias a la alianza con el PRO dentro de la UCR?
- Sí. A mí me parece que se trata de dirigentes que no están interpretando bien a la gente, son dirigentes que están mucho más encerrados en la política hacia adentro, dirigentes que entienden a la política en un encerramiento ideológico, en una ideología vieja y que la gente no la siente así. Yo veo que ahí hay mucha ideologización, mucha bandera del pasado, y me parece que Ernesto interpreta muy bien lo que la gente está pidiendo hacia el futuro, que es la solución, la innovación, el empuje, el trabajo.
- ¿Le hace ruido que exista un acuerdo a nivel nacional y un competidor en la Ciudad, como sería su amigo Lousteau?
- No. Creo que son circunstancias que hacen a períodos de transición, en un sistema político que aun no se ha definido en la Argentina, que está en crisis desde 2001, y que no ha tenido una conformación definitiva. El siglo XX tuvo un sistema político basado en el radicalismo, el peronismo y la incursión permanente del golpe de Estado con el partido militar, y el siglo XXI todavía no ha terminado de conformarse. Hay disputas dentro del radicalismo, el peronismo siempre tiene tres o cuatro candidatos dentro de las generales con lo que hacen la interna dentro de la general, y el PRO aparece como una fuerza que, por las características de dirigente que es Mauricio, puede ser una fuerza que perdure, y no como otras fuerzas de principio de siglo que se terminaron diluyendo.
- El debate por la despenalización del aborto se postergó nuevamente en el Congreso, por otro lado, distintos distritos como la Ciudad de Buenos Aires no están dando las garantías para que se practiquen los abortos no punibles. ¿Cuál es su postura al respecto?
-No estoy a favor de la legalización de la interrupción del embarazo, tampoco creo que hay que penalizar a la mujer que aborta. Creo que hay que penalizar a quienes practican el aborto en la mujer. Creo que la mujer sufre esa situación, entonces no creo que encima haya que meterla presa. Por otro lado, creo que la vida comienza en la concepción y en la unión del óvulo con el espermatozoide. No creo que la interrupción del embarazo sea la mejor política en cuanto a planificación familiar y libertad de la mujer. Del mismo modo que no estoy a favor de la pena de muerte, porque creo en la protección absoluta del derecho a la vida.
En cuanto al embarazo no punible, creo que hay que cumplir la ley y no hay que escapársele. Ahí me parece que hay multiplicidad de personas que están haciendo vericuetos y trampas, más allá de que yo hubiera tomado otro camino, existe una ley y hay que cumplirla. Es una decisión tomada por la política argentina y hay que cumplirla.

Dejá tu comentario