Dieron de alta al testigo de Jehová que se negaba a una transfusión
Pablo Albarracín permaneció internado siete semanas. Por razones religiosas rechazaba una transfusión de sangre. Su familia llegó hasta la Corte Suprema para intentar forzar el tratamiento médico que necesitaba.
Pese a su estado de salud, Albarracín se negaba -debido a que había firmado un compromiso previo- a recibir una transfusión de sangre que los médicos aseguraban que era necesaria como parte de su tratamiento.
Mientras que su esposa apoyaba su decisión, sus padres recurrieron a la Justicia y el caso llegó a la Corte Suprema. El Tribunal finalmente fallo a favor de respetar la decisión de Albarracín.
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