Rescatan 24 aves a punto de morir de frío en un criadero ilegal
Son ejemplares cotizaron es más de 450 mil dólares en el mercado irregular. Los llevaron a la Reserva Ecológica Costanera Sur y al Bioparque Temaikén.
La Justicia porteña ordenó la clausura de un criadero ilegal de aves que funcionaba en una casa en el barrio de Monte Castro, y el rescate de 24 ejemplares silvestres por un valor cercano a los 450.000 dólares estadounidenses. Una investigación de la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA), a cargo de Carlos Rolero Santurián, junto con el Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, finalizó con el hallazgo de ejemplares nunca antes rescatados en el ámbito de la CABA.
La investigación se inició a partir de una denuncia realizada por vecinos del lugar, una casa ubicada en la calle Cortina al 1400 de esta ciudad. Por tal motivo, el fiscal Rolero dispuso la realización de una inspección al lugar, que fue coordinada y llevada a cabo por el Área de Fauna de la Oficina de Coordinacion Opertiva del MPF, con intervención de la Agencia de Protección Ambiental (APRA), la Dirección General de Fiscalización y Control Ambiental (DGCONTA), y el Departamento de Investigaciones de Delitos Ambientales de la Policía Federal Argentina.
A través del procedimiento, se verificó el funcionamiento de un criadero ilegal de fauna silvestre y se logró siendo individualizar a los siguientes ejemplares: siete amazonas aestivas (loros habladores), dos loros yacos africanos, cuatro guacamayos azules y amarillos, dos guacamayos rojos, tres tucanes, dos loros barranqueros, tres cotorras argentinas y un pato de collar. La mayoría de son psitácidos de temperaturas tropicales, que sufren las condiciones climáticas actuales de estas latitudes.
Las aves, cuyo valor en el mercado ilegal de fauna ronda los 450.000 dólares aproximadamente, fueron trasladadas a la Reserva Ecológica Costanera Sur y al Bioparque Temaikén, a los fines de iniciar un proceso de evaluación de cuarentena y viabilidad de su reubicación en sus hábitats naturales.
Cabe señalar que la prohibición expresa de la normativa local busca no solo evitar los actos de crueldad, sino también prevenir en materia sanitaria, dado que los psitácidos son propensos a la generación de enfermedades zoonóticas.
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