Marcha de jubilados, con represión policial: dos detenidos y decenas de afectados por el gas pimienta

Sociedad

Como todos los miércoles, las inmediaciones del Congreso son el escenario de violencia y detenciones por parte de las fuerzas de seguridad.

El feroz operativo de las fuerzas federales, montado para reprimir una nueva marcha de los jubilados frente al Congreso, dejó decenas de heridos y dos detenidos.

En medio de la brutal represión contra jubilados y curas que se acercaron al Congreso, como todos los miércoles, para reclamar por el ajuste en las jubilaciones y falta de entrega de medicamentos, fueron detenidos dos personas.

"Lo detuvieron a mi marido, lo vine a buscar, vinimos a hacer primeros auxilios. Estoy bien, estamos acostumbrados. Me dijo que no lo venga a buscar pero yo soy kamikaze. Él se llama Francisco Beniciano", manifestó la joven, que se identificó como Constanza, que estaba llena de gas pimienta por el ataque policial.

Fue en ese momento, que reprimieron al noteros de C5N Rafael García Palavecino, que debió ser asistido por los paramédicos que asisten como voluntarios cada miércoles.

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Las fuerzas federales golpearon y detuvieron al padre Paco Oliveira

Un nuevo miércoles de violencia y represión en la marcha de los jubilados al Congreso, oficiales de las fuerzas federales agredió al padre Paco Oliveira.

Como todos los miércoles, el Gobierno desplegó un desproporcionado operativo policial para impedir una nueva marcha de los jubilados, en la que volvieron a agredir a los manifestantes, entre ellos un grupo de curas que estaban rezando.

Entre los que estaban rezando se encontraba el cura Paco Oliveira, al que además de pegarle, le tiraron gas pimienta en los ojos y tuvo que ser protegido por el periodista de C5N Nicolás Munafó, que dijo que el aire era "irrespirable" y que lo único que quiere "la policía es demostrar poder para que nadie se manifieste en el país".

"Es muy triste lo que está pasando, se están pasando porque te tiran en los ojos. Me duele el alma, porque la leche que nos tiran en la cara es la que le falta a nuestros pibes. La policía me da pena porque recibe órdenes, aunque algunos te reprimen con saña. Hay que buscar las formas, porque hacemos una misa y se nos van a cagar de risa", manifestó el párroco.

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