Testigo encubierta denuncia que mano derecha de Pequeño J invirtió en $LIBRA
Según contaron familiares y conocidos de Matías Osorio, el joven sospechado de ser uno de los autores intelectuales del crimen quedó atrapado en la red narco de Pequeño J tras perder todos sus ahorros con $LIBRA y tener que hacer frente a fuertes deudas.
Matías Agustín Osorio, considerado uno de los laderos de Tony Janzen Valverde Victoriano, el narco peruano más conocido como Pequeño J, es uno de los prófugos que persigue la Justicia en el marco de la investigación por el triple femicidio de de Brenda del Castillo (20); Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15).
Osorio, según contó en diálogo con C5N una vecina del barrio que pidió que se resguarde su identidad por cuestiones de seguridad, había perdido a comienzos de este todos sus ahorros cuando invirtió en la criptomoneda $LIBRA que fue promocionada activamente por el presidente Javier Milei en sus redes sociales y que luego terminó siendo una estafa en la que cayeron miles de personas alrededor del mundo.
Según contó la mujer, que conoce a la madre y abuela de Osorio, el joven, considerado como la mano derecha de Pequeño J y co autor intelectual del triple femicidio no sólo perdió todos sus ahorros sino que también se había endeudado como consecuencia de su apuesta en la falsa criptomoneda de Milei.
Osorio, de 28 años, nacido en 1995, fue identificado finalmente como argentino, pese a que en un comienzo se lo mencionaba como ciudadano peruano. Ese detalle no solo modificó la competencia judicial, sino que permitió trazar un perfil más claro de su recorrido.
Los investigadores sostienen que tenía antecedentes de violencia, pero fueron sus propios parientes quienes aportaron un dato decisivo sobre su caída en desgracia: Osorio habría perdido todo su dinero en una estafa con criptomonedas. Intentó jugar a ser “trader” y apostó sus ahorros en la cripto $LIBRA, proyecto que terminó en fiasco.
Osorio invirtió con la expectativa de multiplicar sus fondos y terminó atrapado en la caída del activo. La pérdida total de sus ahorros lo habría endeudado y, según un familiar, lo empujó hacia el circuito delictivo.
“Es un perejil que se endeudó y empezó a vender merca para juntar y devolver”, confió un pariente, describiendo cómo esa ruina financiera lo llevó a ponerse bajo las órdenes de “Pequeño J”, el jefe de una organización que maneja prostitución y narcotráfico en la zona de Florencio Varela.
En 2025, Osorio habría empezado a trabajar como mandadero de esa red, involucrándose cada vez más en tareas que lo acercaron al núcleo de operaciones criminales.
Las últimas pruebas recabadas por la justicia lo comprometen aún más. Según fuentes judiciales, Osorio habría estado en la parte trasera del vehículo conducido por Lázaro Víctor Sotacuro durante la noche del crimen. Ese detalle lo convierte no solo en testigo privilegiado de lo ocurrido, sino también en partícipe directo de la secuencia que terminó con la muerte de las tres jóvenes.
El juez Fernando Pinos ordenó su captura y solicitó a Interpol la emisión de una alerta roja internacional. La búsqueda se extendió a la provincia de Jujuy y también a Bolivia, donde se sospecha que pudo haber cruzado para refugiarse en localidades cercanas a la frontera.
Las Más Leídas
Dejá tu comentario