El gobierno turco acusó al Estado Islámico por el atentado en Ankara

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Las autoridades turcas apuntaron al grupo islamista como el principal sospechoso por el ataque terrorista que dejó un centenar de muertos el sábado pasado.

El gobierno turco dijo ayer que el grupo islamista Estado Islámico (EI) es el principal sospechoso del atentado que el sábado mató a casi un centenar de personas en Ankara y rechazó tener la culpa, luego de que decenas de miles de personas tomaran otras vez las calles para condenar el ataque y protestar contra las autoridades.

"El Estado debe hacerse responsable", coreaban algunos de los manifestantes, mientras que varios sindicatos iniciaron una huelga de 48 horas para denunciar el atentado y familiares de algunas de las víctimas comenzaron a enterrar a sus seres queridos en distintas partes del país.

El primer ministro, Ahmet Davutoglu, rechazó las acusaciones calificándolas de "peligrosas" y "ruines", al punto que negó que los dos atentados simultáneos hayan obedecido al rol de Turquía en la guerra en Siria y que el gobierno esté arrastrando al país musulmán al pantano de violencia de Medio Oriente.

Funcionarios turcos habían dicho el domingo que el gobierno creía que dos atacantes suicidas habían sido los autores de los ataques, que dejaron 97 muertos y cientos de heridos y tuvieron como blanco una marcha pacifista en Ankara organizada por opositores al gobierno, especialmente de la minoría kurda.

"Estos ataques no convertirán a Turquía en Siria", dijo Davutoglu en una entrevista con el canal turco NTV, en sus primeras declaraciones públicas sobre los atentados en la capital del país. "Investigamos al Estado Islámico de forma prioritaria. Nos hemos acercado mucho a un nombre. Este nombre indica una organización", dijo Davutoglu sin aclarar más detalles, argumentando el peligro de alertar a posibles "células durmientes".

"Estas células durmientes podrían esconderse, podrían afeitarse la barba y cambiar de modo de vida", advirtió.

La oposición ha acusado al presidente Recep Tayyip Erdogan de fomentar la violencia y las divisiones étnicas para ganar votos para su partido AKP en las elecciones legislativas del 1° de noviembre, algo que el mandatario rechaza.

En las últimas elecciones de junio, un partido kurdo tuvo un desempeño tan bueno que privó al AKP de la mayoría absoluta que buscaba Erdogan para impulsar una reforma constitucional que recuerce los poderes presidenciales en Turquía.

La marcha del sábado fue convocada por activistas turcos y kurdos para pedir más democracia y el fin de la recientemente reanudada guerra entre las fuerzas de seguridad del país y rebeldes kurdos, en la que han muerto cientos de soldados, insurgentes y civiles desde julio pasado.

Más allá de la escasa información oficial y sin reivindicación de los atentados por parte de ningún grupo, varios periódicos turcos adelantaron hoy que las pesquisas se centran en una red de seguidores del EI de la provincia suroriental de Adiyaman.

El diario Hürriyet afirmó que la policía ha distribuido a las comisarías las fotografías y nombres de 16 hombres, a los que se les supone intención de convertirse en "bombas humanas".

Los investigadores estarían recogiendo muestras de ADN de los familiares de estas 16 personas para compararlas con los restos de los dos autores del atentado suicida de Ankara.

La conexión yihadista parece evidente, dadas las similitudes del atentado de Ankara con la masacre de Suruc, en el sur del país, donde un islamista radical se inmoló el 20 de julio pasado, matando a 33 activistas de la izquierda pro kurda.

Coinciden tanto el explosivo utilizado, una carga de 10 kilos de TNT, como la técnica de reforzar la bomba con bolas de rodamiento de acero que funcionan como metralla, dijeron fuentes de seguridad.

Ayer, el gobierno elevó a 97 la cifra de muertos en el ataque, que hasta ahora era de 95. La oposición pro kurda dice que los fallecidos fueron 128. Los hospitales informaron que decenas de heridos siguen en estado crítico, sobre todo por quemaduras.

Los gremios de médicos e ingenieros y los dos sindicatos que habían convocado la marcha del sábado realizaron hoy la primera jornada de una huelga de 48 horas.

Decenas de miles de personas salieron a la calle hoy en varias provincias para denunciar lo que consideran la responsabilidad gubernamental en la masacre, señala el sindicato DISK.

La tensión entre oposición y poder se incrementa así a sólo tres semanas de las elecciones del 1 de noviembre, adelantadas porque los resultados de junio no permitieron a ningún partido formar gobierno.

El AKP, que en junio se quedó sin la mayoría absoluta que había ido renovando desde 2002, anunció que suspenderá su campaña electoral hasta el viernes debido al atentado, mientras que el socialdemócrata CHP, el mayor de la oposición, retomará sus actividades el jueves.

El EI controla extensas zonas en Siria e Irak, dos países limítrofes con Turquía, cuyo gobierno ha sido acusado por el sirio de haber ayudado a crear y armar al grupo yihadista, algo que Ankara rechaza.

Recientemente, el gobierno turco aceptó apoyar más activamente una campaña de ataques aéreos de Estados Unidos contra el EI en Siria permitiendo el uso de sus bases aéreas a los aviones norteamericanos y ha lanzado algunos pocos bombardeos contra el propio grupo.

El EI es enemigo de los kurdos, que han detenido su avance en el norte de Irak y combatido a los yihadistas el año pasado en la ciudad sirio-kurda de Kobani, en la frontera con Turquía.

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