La reacción de los cubanos y la resistencia que enfrentará Obama

Mundo

Tras el histórico restablecimiento de relaciones diplomáticas y las promesas de avanzar en la superación del embargo económico, los cubanos se dividen y los republicanos atacan al presidente de EEUU.

"Este método mostró que no sirve, que ha fracasado: no podemos hacer lo mismo y esperar que dé otro resultado". Con esas palabras, más o menos, Barack Obama anunció que darían marcha atrás con la política del garrote hacia Cuba y que, de a poco, intentarían reinstalar una economía de mercado abierto con intercambio libre entre ambos países.

La historia del bloqueo -el político, tras el rompimiento de relaciones, y el económico, con el embargo- llevaba más de 50 años y, salvo una endeble situación económica en la isla -que por momentos se hizo más tortuosa cuando la caída del Muro de Berlín, pero que repuntó levemente con el ingreso del turismo europeo posterior- no había tenido mayores resultados para Estados Unidos. Eso, al menos, explicó Obama sobre por qué decidía el cambio de rumbo.

Los senadores cubano americanos, como el republicano y pre candidato a disputar la presidencia, Marco Rubio, y el democrata Bob Menendez se manifestaron en oposición a la decisión de EEUU.

La actitud, sin embargo, fue distinta: mientras que el democrata se mostró apenado y aseguró que Obama dio todo a cambio de promesas (posición mayoritaria entre el exilio cubano) el republicano montó una conferencia con legisladores de Florida (Miami y demás alrededores donde vive la mayor parte de cubanos expatriados y exiliados) en la que prometió batalla congresal contra los anuncios.

Junto a los congresistas Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lethinen, Rubio insistió con que lo de Obama fue "una traición política" a los cubano americanos.

Desde las calles de Miami los medios locales reportaron enérgicas discusiones sobre el acuerdo, pero solo leves protestas iniciales en los alrededores de la "pequeña" Habana, el barrio tradicional cubano. Tras las primeras protestas solo quedaron disputas, dudas, resquemores y cierta algarabía en algunos sectores.

Decenas de artistas -dentro y fuera de Cuba- se manifestaron. Todos destacaron un eje con diferentes nombre: lo llamaron victoria del castrismo, de la Revolución o de la dictadura, según quien escribiera. Y hablaron, también dependiendo de las posturas y lugar en que vivieran, de un triunfo cubano que los llena de esperanza o bien de una "capitulación", "traición" e incluso "verguenza" de Obama.

En las redes sociales, ese ágora político de la modernidad al que se vuelcan -con mayor o menor velocidad de conexión- los jóvenes en ambos lados del mapa, los cubanos mostraron a las claras su postura: más allá de las diferencias que existen entre los defensores de la Revolución y sus críticos, en ambos sectores querían un cambio de era y un fin del embargo.

Distinta es la postura de los mayores de 40, criados al calor de la Guerra Fría y la más cruda disputa, que, según en qué lugar habiten, si La Habana o Miami, dirán que desconfían de los EEUU unos o que el embargo no debió concedérsele al castrismo los otros.




Temas

Dejá tu comentario