Acorralado por Griesa y las discográficas, cerró el sitio de música Grooveshark
El sitio enfrentaba una demanda por 736 millones de dólares por violación de derechos de autor. Sus creadores se despidieron con una carta para los usuarios. El papel del juez Thomas Griesa.
Por otra parte, la empresa dueña de Grooveshark, Escape Media, les pide a los usuarios que "si quieren y respetan a los artistas, compositores y todos aquellos que hacen posible que exista música que les gusta, usen un servicio que pague por las licencias y compense a los artistas", y mencionan algunos de ellos, como Spotify, Deezer, Google Play, Beats Music, Rhapsody y Rdio.
Una semana atrás, el juez de distrito Thomas Griesa -viejo conocido de la Argentina- había firmado un dictamen en el que consideraba que las discográficas podían reclamar a Escape Media el pago de 736 millones de dólares por haber violado de mala fe los derechos de propiedad de miles de canciones.
Tras ese fallo, tanto la compañía como sus fundadores, Samuel Tarantino y Joshua Greenberg, llegaron a un acuerdo con las discográficas por el cual dieron de baja el servicio. Además, si no cumplen con algunos de los puntos de ese entendimiento, deberán pagar 75 millones de dólares.
Antes del acuerdo, el argumento de Grooveshark era que daba un servicio similar al de YouTube, donde eran los usuarios los que se encargaban de subir la música a los servidores. Sin embargo, no fue difícil para la Justicia comprobar que incluso varios empleados de Grooveshar se habían encargado ellos mismos de subir miles de canciones.
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