Arqueros que estuvieron cerca de la muerte y volvieron a atajar

*Carlos Roa, Germán Burgos y José María Buljubasich sufrieron graves enfermedades, pero las superaron y volvieron al fútbol.
*Son tres arqueros que, además de volver a vivir, volvieron al arco después de pasar por operaciones riesgosas.

Más que “atajarse todo” estos tres arqueros se atajaron a la vida. Es que José María Buljubasich, Germán Burgos y Carlos Roa son tres arqueros que, además de volver a vivir, volvieron al arco después de pasar por operaciones riesgosas.



El “Tati” Buljubasich tuvo que pasar por el quirófano en septiembre de 2006. Le descubrieron un tumor cerebral, lo operaron, y poco tiempo después sufrió una embolia pulmonar. Sin embargo, el arquero de la Universidad Católica de Chile volvió recientemente a los entrenamientos y hasta jugó el segundo tiempo de un amistoso contra Palestino.


 


El ex “uno” de River y Rosario Central, entre otros, tiene que usar un protector en su cabeza aprobado por la FIFA al menos por seis meses. Todo indica que tendrá una buena recuperación y en la Católica esperan con ansiedad la vuelta del arquero que supo ostentar la valla menos vencida de Chile.



El “Mono” Burgos fue operado de un cáncer de riñón el 1 de marzo de 2003 cuando tenía 32 años y jugaba para el Atlético de Madrid. Al más rockero de los arqueros, dueño de un estilo particular y gran carisma le llevó solo tres meses reaparecer. El ex River y Mallorca volvió al arco oficialmente el domingo 22 de junio de 2003. Fue en la última fecha de aquella liga y el equipo perdió tres a cero con la Real Sociedad. Pero los tres goles fueron solo un detalle, la vuelta del “Mono” fue la mejor noticia de aquella última fecha del la liga española.



Carlos “Lechuga” Roa contrajo paludismo durante un viaje a Zaire, África, en 1990, en medio de una gira con Racing, club que lo vio nacer. Una vez recuperado de la exótica enfermedad pasó a Lanús. Pero el calvario de Roa no sería ese, sino cuando a fines del 2003 le diagnosticaron un cáncer de testículos que lo forzó a dejar de jugar y, luego de una operación, tuvo que pasar un año entero con quimioterapia y rehabilitación. Mientras tanto, se entrenó en un equipo de la tercera división española Constancia de Inca, antes de volver a Argentina para jugar en Olimpo de Bahía Blanca.



Un caso menos grave pero muy recordado por los hinchas es el de Nery Pumpido, a quien un dedo se le quedó enganchado en el travesaño del arco cuando jugaba en el  Betis español. La falange del actual técnico de Newell s fue reimplantada enseguida y el arquero volvió a jugar rapidamente. A diferencia de los otros tres casos, su vida no corrió peligro.


 


Así que, si algunos piensan que un gol es lo peor que les podía pasar, acuérdense de estos arqueros que sufrieron mucho más que eso: sus vidas corrieron peligro, pero ellos volvieron, lucharon contra la adversidad y volvieron a jugar.


 

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