¿Qué tan real es el riesgo de que la Selección Argentina caiga en un grupo difícil en el Mundial 2026?
Un análisis matemático revela que, aunque el escenario más extremo es poco probable, existen combinaciones que podrían elevar la exigencia para la Scaloneta en la fase inicial.
El anticipado sorteo del Mundial 2026 despierta una mezcla de expectativas y temores entre los hinchas argentinos, conscientes de que el nuevo formato con 48 selecciones abre la puerta a múltiples combinaciones posibles. La ampliación del certamen, sumada a la regla que impide que varios equipos de la misma confederación convivan en un mismo grupo, hace que el mapa de escenarios sea amplio y, en algunos casos, imprevisible.
Para entender con mayor precisión ese escenario, un estudio realizado por TyC Sports junto al matemático Diego Adrián Castro, magíster en Ciencia de Datos y docente de la Universidad Australm detalla cuáles son las probabilidades reales de que la Selección Nacional enfrente una zona con rivales de máximo nivel.
Cómo se componen los bombos del Mundial 2026
El análisis de Castro parte de la estructura definida por FIFA: Argentina encabeza el Bombo 1 junto a los anfitriones Estados Unidos, México y Canadá, además de potencias tradicionales como Brasil, Francia, Alemania, Inglaterra, España, Portugal, Países Bajos y Bélgica.
El Bombo 2 reúne a selecciones competitivas como Croacia, Marruecos, Colombia, Uruguay, Senegal, Suiza, Japón, Irán, Corea del Sur, Austria, Australia y Ecuador.
En la tercera urna figuran equipos con potencial como Noruega -respaldada por la figura de Erling Haaland-, Egipto, Argelia, Escocia, Paraguay, Túnez, Costa de Marfil, Uzbekistán, Qatar, Panamá, Arabia Saudita y Sudáfrica.
Finalmente, el Bombo 4 incluye a Jamaica, Haití, Ghana, Curazao, Nueva Zelanda, Cabo Verde y los clasificados por repechaje, que siempre pueden modificar el equilibrio general.
¿Hay posibilidades de que le toque un grupo difícil a la Selección Argentina?
Para dimensionar la complejidad del sorteo, Castro explica que las combinaciones posibles rondan las 1.728, aunque con el filtro de confederaciones esa cifra se reduce a unas 1.200. El ejercicio matemático se centra en identificar qué ocurriría si Argentina se cruzara, por ejemplo, con los rivales más incómodos de cada bombo. En el Bombo 2, señala que los “cucos” podrían considerarse Croacia, Marruecos y Japón, tres selecciones con un rendimiento reciente muy sólido. En términos probabilísticos, representan 3 opciones entre 9 posibles, es decir, un 33% aproximado.
El Bombo 3 abre un abanico condicionado por la selección que haya salido previamente. Allí, Noruega aparece como la amenaza más seria según el criterio usado por el especialista. Si antes surgió Croacia, la chance noruega es de 1 entre 11 (9%); si el rival previo es Marruecos, el número asciende a 1 entre 6 (17%); mientras que con Japón en el grupo, el cálculo queda en 1 entre 8 (12.5%).
En el caso del Bombo 4, usa como referencia a Italia, que solo podría ingresar desde un repechaje. Su probabilidad es baja y directamente inexistente si se combinan dos europeos fuertes en los bombos anteriores, ya que el reglamento no permite un tercer equipo del continente. Estos modelos llevan a una conclusión clara: los escenarios “de máxima dificultad”, utilizando esta selección de rivales, equivalen apenas a 2 configuraciones entre unas 1.200.
En términos estadísticos, la probabilidad es cercana al 0,2%, extremadamente baja. Sin embargo, Castro insiste en que esto no significa que Argentina tenga garantizado un grupo accesible. Las variables del repechaje, los distintos criterios para definir qué selecciones se consideran “peligrosas” y el simple azar pueden alterar cualquier pronóstico. Además, el especialista subraya que incluso sin un grupo extremo, enfrentarse a selecciones como Marruecos, Croacia o Noruega puede significar un desafío significativo.
La historia de los Mundiales recuerda que las sorpresas abundan, y la presencia de equipos emergentes o la irrupción de nuevos talentos puede incrementar la dificultad de cualquier zona. Castro también aclara que las combinaciones posibles del torneo completo, con 12 grupos, multiplican exponencialmente la imprevisibilidad del certamen. En conclusión, si bien los cálculos matemáticos indican que la probabilidad de que Argentina caiga en un grupo de máxima complejidad es mínima, la Selección deberá mantenerse atenta.
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