Juan Antonio Pizzi: de la renuncia a un grito de campeón

En su primera experiencia al frente del club de Boedo, su campaña fue irregular. Terminó 11° en el Torneo Inicial 2012, con 26 puntos, por lo que todos los cañones apuntaban al 2013.

El siguiente Torneo Final tuvo otro sabor. El Ciclón cumplió una gran campaña y contó con chances de ser campeón casi hasta el final, después de muchos años. El equipo de Pizzi terminó 4°, con 32 puntos.

Gracias a esto, San Lorenzo se metió en la Copa Sudamericana, por lo que el objetivo crecía: el segundo semestre afrontaría una triple competencia, con el Torneo Inicial, la Copa Argentina y la Sudamericana.

Lo cierto es que, lentamente, las metas se fueron cayendo. Primero fue el torneo continental, en el que el Ciclón fue eliminado en la primera ronda en manos de River. El objetivo de hacerse fuerte de una vez en el plano internacional había quedado en el olvido y los hinchas comenzaron a tomar a Pizzi como el blanco preferido de sus quejas.

Pese a esto, en la Copa Argentina la realidad era otra. Con algunos partidos buenos y otros en donde terminó pasando por penales, el Ciclón se metió en el partido final y la esperanza de campeonar volvió a hacerse fuerte en el mundo azulgrana.

Sin embargo, otra vez los fantasmas aparecieron en la noche de Catamarca, ya que el Arsenal de Gustavo Alfaro lo amargó al golearlo sin atenuantes por 3 a 0 para dilapidar una vez más la posibilidad de volver a ubicar al Ciclón en la gloria.

Tras esta caída, con la gente ya definitivamente volcada en su contra y ante la falta de logros, Pizzi tomó la drástica decisión de presentar su renuncia. Todo parecía indicar que el ciclo estaba terminado.

Pero la dirigencia, con Matías Lammens y Marcelo Tinelli a la cabeza, decidió, pese al clamor popular, darle una nueva oportunidad al entrenador. Y el tiempo les dio la razón.

Porque este Torneo Inicial, que terminó peleando con 5 o 6 equipos hasta el final, terminó significado la confirmación de un serio proyecto en el que se encontró un equipo, se promovieron varios juveniles y se asentó a los referentes, para formar una comunión que sin dudas tenía destino de éxito.

Así, el equipo de Pizzi terminó metiendo un gran sprint final y aprovechó la caída de Newell's, que hasta la primera mitad del certamen parecía invencible, para sumar a las vitrinas del club el 11° título nacional de su historia en el profesionalismo.