Javier Milei celebró la inflación de abril y ponderó a Luis Caputo: "Armen el archivo de mandriles"

Economía

El presidente felicitó al ministro de Economía por el 2,8% de inflación y apuntó contra economistas y periodistas que proyectaban una suba mayor.

El presidente Javier Milei no dejó pasar el dato oficial de inflación del INDEC, que marcó un 2,8% para abril, y salió a celebrarlo en sus redes con un estilo bien propio. Con un mensaje breve, filoso y cargado de ironía, el mandatario aprovechó para elogiar al ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, y criticar a quienes habían pronosticado una cifra más alta.

“¡VAMOS TOTO…!!!”, arrancó Milei en su cuenta de X, acompañado por un recordatorio a "sicarios con micrófonos" y "econochantas" que, según él, habían dicho que el índice de precios estaría entre el 5% y el 7%. El presidente los desmintió con el número oficial del INDEC y lanzó una propuesta provocadora: “A los que tengan ganas de divertirse, les propongo que vayan y armen el archivo de mandriles. CIAO!”.

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Más allá del tono festivo del presidente, el dato del 2,8% de inflación en abril —el más bajo desde enero de 2022— no logra esconder el deterioro en los ingresos reales ni el fuerte ajuste sobre el consumo y la actividad económica. La baja se explica, en buena medida, por el freno abrupto en la demanda, la recesión profunda y el congelamiento de tarifas y dólar, una situación que muchos analistas advierten como insostenible en el tiempo.

En paralelo a la celebración en redes, el mismo INDEC publicó que una familia tipo necesitó $1.110.063,43 para no ser considerada pobre en abril, y al menos $502.291 sólo para no caer en la indigencia. Es decir, que cuatro personas debieron generar más de un millón de pesos al mes para apenas cubrir necesidades básicas como comida, vivienda, transporte, salud y educación.

Además, los alimentos —el rubro que más impacta sobre los sectores populares— siguen por encima del promedio, con una suba interanual de más del 300% en productos esenciales como leche, pan o verduras. En los barrios más humildes, organizaciones sociales advierten que crece el hambre, mientras los comedores populares están desbordados.

En ese contexto, las risas presidenciales en redes sociales contrastan con la angustia cotidiana de millones de argentinos que ya no llegan a fin de mes, con jubilados cobrando haberes mínimos de miseria, salarios en caída libre y un desempleo que empieza a mostrar señales de repunte. Para muchos, el “Vamos Toto” no alcanza cuando la heladera está vacía.

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