Escrache benéfico / Parte 3
Por Télam
Evidentemente la venganza es un plato que se come frío, dice el refrán, cuando pude recuperarme del shock de ver mis cosas a la venta en el Bolishop de Retiro me obligué a proceder con calma para no arruinar las cosas.
"Ah -dijo ella- por allá, muy lejos de acá".
"Si, me imagino -agregué-, pero dígame… porque yo nunca me imaginé que acá iba a encontrar ropa de calidad". La Señora Etelvia sonrió mostrando sus paletas amarillas y pocas ganas de contestar.
"Nosotras la compramos directamente -dijo la encargada-, antes m’hija y yo trabajábamos de domésticas en un country, ahora con esto nos va mejor".
"Ah… y dónde compran entonces" dije yo insistente. "En lo de mi vieja patrona", dijo ella y tirándole la lengua de aquí y de allá, palabra va y palabra viene, terminó revelando que no era otra que "la señora Beatriz (Ordoñez Zemborain)".
"Controlate" me dije a mi misma. Venís bien, muy bien. Ya está todo, casi todo hecho. Qué amplia sonrisa me dibujó esta revancha que me daba la vida en sus mil caminos casuales.
"Ah... en el country de Pilar", dije fingiendo sorpresa. "Si señora -continuó la humilde vendedora- nos vamos al Pilar cada tres meses, le compramos a la señora Beatriz y después vendemos todo contra estación para que la gente aproveche", dijo casi terminando la conversación y mostrándose incómoda por haber dado demasiada información. Etelvia estiró la mano y agarró los billetes.
Nuestra presidenta, madame Beatriz Ordoñez Zemborain, vendía la ropa donada por las Damas del Country, y con total impunidad retaba a quienes no contribuían a sus arcas como ella consideraba adecuado. Andá a saber si algo le llegaba a los pobres. Alguna cosa tal vez, el resto a Retiro… al Bolishopping.
Tenía que pensar mucho. ¿Exponerla? ¿Captar la escena? ¿Grabar? ¿Fotografiar? ¿Cámara oculta? Atontada, pero feliz me volví a casa. En poco tiempo ya tenía mi estrategia.
Una semana después volví a Retiro y hablé con la encargada, le mostré billetes de varios colores, le propuse cambiar a su proveedora habitual por una amiga que hace lo mismo que Beatriz pero me cae más simpática. Lo demás… sólo montar la puesta en marcha de mi venganza.
Dejá tu comentario