El tiempo pasa, la tierra gira, nos ponemos más viejos y ellas se mantienen intactas. La nueva fórmula de la longevidad estética modificó no sólo el parámetro estético con el que se mide la belleza sino que también generó una nueva camada de muchachas que no son ni jóvenes ni viejas: la generación del botox.
Preocupada por los efectos contraproducentes de las inyecciones de moda, Jennifer Aniston decidió hacer pública su trágica historia para desmotivar el uso del botox. “Me inyecté Botox una vez y no me fue demasiado bien. Sentía mi cabeza muy pesada, creo que eso hace a las mujeres más viejas y más severas de expresión”, confesó la ex de Brad Pitt a la prensa internacional.
Según la estipulación de los medios, la actriz se habría sometido al tratamiento meses después de haber anunciado su separación formal con Pitt y se habría ocultado de la prensa para que no se vean los efectos secundarios del tratamiento. Sin embargo, la ex FRIENDS se negó a hacer pública la fecha en la que se inyectó y optó por hablar de las mujeres que continúan haciéndolo. “Ves ese tipo de mujeres y te das cuenta de que ya no son tan jóvenes, pero no sabes exactamente su verdadera edad. Esa es la razón para no volver a usarlo”, sentenció Aniston.
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