Los discursos más memorables de los ganadores del Oscar
Los actores y actrices galardonados por la Academia no siempre aceptaron sus estatuillas con gracia y distinción. A veces dejaron fluir las emociones.
No todas las actrices pueden ser gráciles como Audrey Hepburn
Marlon Brando envió a la aborigen Sacheen Littlefeather en su lugar
Ben Affleck y Matt Damon eran sólo dos novatos en Holywood
Angelina Jolie, en una etapa de amor franternal muy profunda
Adrian Brody se dio con el gusto y besó a Halle Berry como premio
Roberto Begnini, eufórico al ganar el Oscar a Mejor Película Extranjera
Gwyneth Paltrow, emocionada hasta las lágrimas por su Oscar
Gwyneth Paltrow, emocionada hasta las lágrimas por su logro
Begnini ganó y agradeció a sus padres el "ser pobre"
Angelina Jolie moría de amor por su hermano
Adrian Brody se premió con algo más que una estatuilla
Roberto Begnini, a los saltos por Hollywood
Ben Affleck y Matt Damon, inexpertos y nerviosos
Brando envió a una representante indígena a recibir su segundo premio
Audrey Hepburn y su discurso de aceptación
Es un hecho: no todas las actrices son la muestra viviente de gracia, delicadeza y compostura como lo fuera Audrey Hepburn al aceptar, en 1954, un Oscar por su rol en "Roman Holiday". Ni todos los actores son galanes innatos preparados para dar discursos conmovedores, aunque el colmo fue Marlon Brando, quien en 1973 envió a la líder de la comunidad aborigen apalache Sacheen Littlefeather para que rechazara su estatuilla por "El Padrino".
La nominación a mejor película por "Argo" no sorprendió a Ben Affleck, quien vive desde hace años una historia de amor con los Oscar. De hecho, él y Matt Damon sorprendieron en 1998 con "En busca de un destino", la cinta protagonizada por Robin Williams que les valió una estatuilla. Pero los nervios traicionaron a los jóvenes galanes y el resultado fue un discurso a los gritos y lleno de euforia.
Mientras tanto, en la misma edición, el italiano Roberto Benigni se encargó de agregar una cuota de humor y disparate, y algo de vértigo, a su festejo por los múltiples Oscars que cosechó con su film de 1997 "La vida es bella", por la que ganó en las categorías Mejor Actor y Mejor Película Extranjera. Y claro, para cuando llegó ese rubro sólo había un tipo de festejo posible: la acrobacia.
Gwyneth Paltrow dio una prueba de humildad en 1999 cuando recibió su premio a la Mejor Actriz por su rol en "Shakespeare apasionado", no sólo porque se emocionó hasta las lágrimas al sostener su estatuilla sino por las cálidas palabras hacia su compañera de categoría, Meryl Streep, a quien le dijo que se sentía "menos merecedora" del galardón por haber competido con ella.
Antes de ser la señora de Brad Pitt, Angelina Jolie pasó varios años de locura y soltería en Hollywood, tuvo algunos matrimonios fallidos y encontró refugio y contención en su hermano Jaime. Tanto fue así que expresó con convencimiento: "Sin vos no soy nada, sos la persona más fuerte que conozco y te amo" en su discurso de 2000 al aceptar su Oscar a la Mejor Actriz de Reparto por "Inocencia interrumpida".
En 2002, Adrien Brody conmovió al mundo con su rol protagónico en "El Pianista", que le valió un Oscar el año siguiente. Tal fue la euforia del galán languideciente que apenas tuvo la oportunidad, antes de tomar su estatuilla, le plantó un apasionado beso en la boca a bella Halle Berry, quien era la encargada de entregarle su premio.
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