Vinos con tapa a rosca en vez de corcho: ¿Sacrilegio o evolución?
Los tradicionales tapones de alcornoque se disputan el mercado con su equivalente más informal y económicamente accesible, que por ahora tiene un marketing poco positivo.
Por Antonia Cossio
Entonces empieza la rosca: ¿sí o no a eliminar el destapador de la mesa?
"La tapa a rosca y el corcho sintético es un sí. No en todos los casos, claro está. Pero para vinos de consumo desde su cosecha hasta los 2 o 3 años, es un gran sí", aseguró el especialisra, aunque con la salvedad: "El corcho natural tiene sus ventajas y es la tradición propiamente dicha".
"El corcho es fundamental no sólo para la conservación, sino que es el responsable del buen añejamiento de las bebidas. Se utiliza el natural porque permite el pasaje de oxígeno en muy bajas cantidades y gracias a esa micro oxigenación el vino envejece de manera paulatina. Los grandes vinos, que son creados desde el viñedo, necesitan de estos corchos para lograr su plenitud", explicó.
Pero en el caso de vinos de menor crianza y de consumo a mediano plazo se puede recurrir a una tapa a rosca o un tapón de alcornoque reconstituido con pegamentos plásticos especiales que permiten la oxigenación de la bebida.
"Los tapones sintéticos y la tapa a rosca que encontramos en vinos jóvenes, son la mejor opción para el consumo pronto o inmediato. Mantienen la sanidad de los caldos, y a su vez, disminuye al mínimo el pasaje de oxígeno, cosa no beneficiosa en estos casos", aclaró Izquierdo Díaz.
"Por el momento, no creo que se deje de utilizar corcho natural en los mejores vinos del país, pero a su vez, entiendo que hay estudios e investigaciones avanzadas en la búsqueda de tapones sintéticos que permitan la micro oxigenación ideal, a bajo costo y con una notable mejora en cuanto a la sanidad del vino", afirmó.
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