Brasas, mercado y tradición: el asado porteño en clave contemporánea
Con una carta que cambia según la estación, carnes premium a la vista y una cava curada por la sommelier Marcela Rienzo, Mago Parrilla invita a redescubrir el ritual del fuego con creatividad, productos frescos y el sabor inconfundible de lo hecho en casa.
Mago Parrilla se consolida como una de las propuestas más interesantes dentro de la escena porteña, combinando la tradición del asado con un espíritu de mercado que privilegia el producto fresco y de estación. Aquí, las brasas son el verdadero lenguaje de la cocina: todo gira en torno a ellas, desde los cortes premium hasta los embutidos caseros, en un concepto que se renueva constantemente con cada estación del año.
El ambiente acompaña con un salón cálido y contemporáneo, donde la parrilla a la vista y una cava central vidriada se transforman en el corazón del espacio. Mesas de madera, servicio cercano y un clima relajado terminan de redondear una experiencia pensada para disfrutar sin apuro, con el ritual del fuego y el vino como ejes.
Qué probar en Mago Parrilla
La propuesta comienza con una panera casera y una serie de entradas ideales para abrir el apetito y compartir: chistorra ahumada con puré de papas al pesto, chorizo puro cerdo con chimichurri, morcilla cremosa, empanadas de tira de asado ahumadas o buñuelos de acelga. Luego llegan los cortes principales, donde se lucen clásicos como ceja de bife, entraña, ojo de bife y el imponente T-bone, siempre acompañados de guarniciones que potencian sin robar protagonismo, como papas fritas de triple cocción o variedad de zapallos gratinados. Todo este recorrido gastronómico lleva ahora el sello de la nueva chef, Débora Abrea, encargada de darle un toque especial a cada plato de la carta, realzando los sabores con técnica y creatividad sin perder la esencia de la parrilla.
La carta también se atreve a explorar caminos propios con preparaciones distintivas: el hot pastrami de tapa de asado curada y ahumada, o la pamplona de ojo de bife rellena con hongos y provolone, que reflejan la impronta creativa del restaurante. La identidad de mercado se completa con vegetales de estación y guarniciones innovadoras que cambian cuatro veces al año para mantener la frescura del menú.
El maridaje tiene su capítulo: la sommelier Marcela Rienzo curó una cava que recorre etiquetas argentinas de distintas regiones y estilos, con vinos a precios de vinoteca y recomendaciones que buscan resaltar los sabores de las brasas. Así, cada visita a Mago Parrilla es una invitación a disfrutar del asado en su máxima expresión, con un equilibrio entre lo clásico y lo inesperado.
Dónde queda Mago
Están en la esquina de Monroe y Montañeses en Belgrano.
Instagram: @magoparrilla
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