El truco casero sin amoníaco ni vinagre para sacar la grasa de los muebles de la cocina
Un especialista compartió un truco casero para eliminar la grasa de la cocina y dejar todas las superficies relucientes con facilidad.
El truco casero sin amoníaco ni vinagre para sacar la grasa de los muebles de la cocina
Eliminar la grasa acumulada en la cocina suele ser un verdadero desafío al momento de limpiar. Muchos especialistas sugieren un truco casero que combina distintos productos para lograr superficies relucientes. Hay uno que destaca por ser especialmente efectivo, facilitando la limpieza y dejando todo como nuevo.
Truco para limpiar y desinfectar la cocina sin gastar una fortuna
La grasa en la cocina se acumula tanto en muebles como en azulejos, y suele ser difícil de eliminar. Muchos recurren al amoníaco o al vinagre, pero estos productos generan olores fuertes y pueden irritar la piel.
Un especialista recomienda un truco casero mucho más natural y seguro: una mezcla de jabón neutro, bicarbonato de sodio y aceite esencial de limón o naranja. El jabón neutro disuelve la grasa sin dañar las superficies, mientras que el bicarbonato actúa como un abrasivo suave que despega la suciedad sin rayar. Los aceites esenciales aportan aroma y propiedades desengrasantes adicionales.
Ingredientes del truco casero:
- 1 cucharada de jabón neutro
- 2 cucharadas de bicarbonato de sodio
- 10 gotas de aceite esencial de limón o naranja
- 1 taza de agua caliente
Cómo usarlo:
- Mezclá todos los ingredientes hasta obtener una pasta cremosa.
- Aplicá la mezcla con una esponja suave sobre las zonas con grasa.
- Frotá con movimientos circulares, sin presionar demasiado.
- Retirá el exceso con un paño húmedo.
Este truco casero es práctico, económico y eficiente para dejar la cocina limpia y reluciente, cuidando tanto tus muebles como tu salud. Este método sencillo, transmitido de generación en generación, utiliza solo dos ingredientes económicos: bicarbonato de sodio y vinagre blanco, para que la ropa quede blanca y como nueva. Primero, se mezcla una taza de bicarbonato en agua tibia dentro de un balde.
Luego, se sumerge la ropa blanca y se deja en remojo al menos una hora; lo ideal es toda la noche para un resultado óptimo. Este método funciona porque el bicarbonato actúa como potente limpiador y desodorante natural, eliminando manchas y dejando la ropa fresca y reluciente sin dañar las fibras.
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