Evo Morales dijo que el capitalismo es "el peor enemigo del hombre"
Haciendo un largo recuento de su trayectoria como humilde indígena aymara, dirigente cocalero campesino, sindicalista, candidato y ahora presidente, Morales habló en lenguaje sencillo y en ocasiones lucía aún sorprendido de haber llegado a su alta investidura, y arrancó aplausos y risas cuando confesaba su difícil adaptación a las formalidades de la vida de dignatario, como su renuencia a vestir corbatas o a adaptarse a la comida de los agasajos diplomáticos.
Dejó clara su intencion de reformar profundamente a la sociedad boliviana bajo ''una democracia que no es solamente que el boliviano cada cinco años vaya a votar por presidente o vicepresidente o concejal o parlamentario... No un gobierno paternalista; es atender pero también recoger propuestas, eso es lo más democrático''.
Para lograr ese modelo, dijo, era necesario nacionalizar los recursos energéticos, y aseguró que los resultados ya se están viendo: dijo que los ingresos por hidrocarburos en el 2005 fueron de 300 millones de dólares y este año serán de 2.000 millones, que por primera vez desde 1960 Bolivia este año tendrá un superávit fiscal, y que tendrá un superávit en la balanza comercial comparado con un déficit en el 2005.
También calificó de necesaria la creación de una Asamblea Constituyente porque ''queremos hacer una profunda transormación democrática, pacífica, cultural... para crear el poder del pueblo. Que el soberano no sea la nobleza, ni la oligarquía, ni el clero. Que el soberano sea el pueblo, el poder del pueblo''.
Admitió que la propuesta ha recibido críticas, pero las atribuyó a sectores ''que no aceptan que un campesino indígena puede ser presidente, no lo pueden entender... no aceptan perder el poder político'', pero aseguró que el proyecto ''no es para vengarse con nadie. No tenemos mentalidad vengativa, rencorosa. Ese no es el movimiento campesino''.
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