"Ampliar la agenda", el consejo de un experto negociador

Política

El diputado Mario Oporto tiene sobre sus espaldas 10 años de paritarias docentes con desenlace positivo. "Te rompen la cabeza", dice. En una charla con minutouno.com, sugiere sacar la discusión del corset salarial e incorporar otros posibles beneficios que ayuden a "mejorar el clima" en la mesa de negociaciones.

Este jueves, los docentes agrupados en el Frente Gremial Docente Bonaerense volvieron a rechazar una nueva oferta salarial. El gobierno de Daniel Scioli estiró y superó el número estipulado por la paritaria nacional (ofreció una suba del 22,6%) y decretó el cierre paritario. Los docentes cumplieron su promesa: rechazo y nuevo paro de 48 horas para la semana que viene. 

Desde 2003, ningún inicio de ciclo lectivo había sido tan conflictivo como éste. El diputado nacional Mario Oporto conoce como pocos los rigores y los pliegues del crónico conflicto docente bonaerense: como ministro de Educación o como jefe de Gabinete de la Provincia, remó con éxito en ese río revuelto entre 2001 y 2011 –durante las gestiones de Felipe Solá y del propio Scioli-. En diálogo con minutouno.com, explica por qué este año la negociación se empastó como nunca y aconseja qué hacer para sacar del punto muerto una disputa que mantiene en stand by el ciclo lectivo 2013.

—¿Cuál cree que sea la clave de este conflicto?

—El conflicto se ha agravado más de lo que se acostumbra en un inicio de clases. La tensión de la paritaria docente es una tensión habitual, pero abrieron la discusión el 14 de enero y ya van dos meses...

Y casi sin avances...

—Directamente sin ningún avance. Y agravado por la crisis que arrastra de 2012, por el pago de aguinaldos. Eso suma conflictos y se ha puesto muy complejo. Además, el 25 de febrero empezaron las clases y todavía no hay ni siquiera clima de inicio de ciclo lectivo. 

¿Por qué cree que no se logra normalizar la situación?

—A medida que se van radicalizando las partes, el tema se vuelve más complicado. Y se van perjudicando los actores. Ya de por sí están perjudicados los chicos y las familias en forma indirecta, y van a perjudicarse los gremios y el gobierno. 

—¿Y qué se debe hacer?

—Hay que dar una voz de alarma y comenzar de cero. Las dos partes deben sentarse a trabajar para hallar un punto de acuerdo.  

Usted ha negociado paritarias docentes por años. ¿Cómo se hace?

—Del lado gubernamental tenés que tener recursos. Si no, es imposible. Uno entiende cuando el gobierno dice 'hasta aquí llegué, no tengo más", porque he estado en ese lugar.

¿Es posible que la Provincia no tenga más dinero?

—Y... eso nunca se sabe. Es más, cuando era ministro tampoco lo sabía. Soy sincero: uno actúa a ciegas la mayoría de las veces y depende del ministro de Economía que te dice "bueno, dale un poquito más". Igualmente, aunque el gobierno tenga, sólo puede tener un poco más, porque ya sabemos que tiene problemas financieros graves. Si hacen un esfuerzo, y los gremios también, puede que encuentren algún punto en común. 

¿La única vía de negociación es el aumento salarial?

—El tema salarial es más complejo, excede el porcentaje de aumento. Porque, en definitiva, lo que estamos discutiendo es el básico, nada más. Es decir: se habla del salario de los maestros de grado, mientras que en secundario es casi el doble lo que ganan con esa carga horaria. Por lo que hablamos de una franja muy pequeña que recién inicia su carrera, o sea que viene de cobrar nada el año pasado y no puede comparar hacia atrás. La complejidad implica mirar toda la estructura, mirar cómo queda toda la pirámide. 

¿Y cuál es el máximo que pueden negociar?

—El límite es cuánto puede la Provincia inyectarle a la masa salarial. De hecho, es lo más difícil porque se debe no sólo aumentar salarios, sino también aumentar cargos, para cursos que se desdoblan, para los que se abren. Y a todo eso hay que buscarle una solución. 

Se habla de que el problema es que la Nación no baja recursos a la Provincia...

—Yo creo que la otra vez estuvo muy bien la ministra de Educación (Nora de Lucía) cuando dijo: "La paritaria es provincial y se debe pagar con recursos provinciales". Esos recursos se componen con fondos nacionales, fondos propios, créditos y otras cuentas. Los fondos nacionales son sólo una de las variables y el Gobernador sabe que las finanzas no se limitan al simplismo de la relación con la Nación. Es una variable importante pero no es la única. Y no sé cuánto recibió o si le deben... 

Pero sí está desactualizado el Fondo de Reparación Histórica del Conurbano...

—Son dos cosas distintas. Por un lado está la coparticipación, que es un tema al que la Constitución de 1994 le puso tantos obstáculos que pensarlo es imposible. Porque para eso debe conseguirse legitimidad entre gobernadores, y después de cada legislatura provincial. Por otro lado, está la actualización del Fondo del Conurbano, que de todas maneras debería ser destinado a obras. 

Pero así podría destinarse lo que hay en obras a salarios...

—Pero no creo que se estén haciendo muchas obras hoy en día. No creo que tengan muchos recursos propios puestos en eso. Tampoco conozco el presupuesto al día; no dudo de que estén haciendo esfuerzos: las paritarias te rompen la cabeza. 

¿Y el punto de encuentro dónde estaría?

—Habría que rever y ampliar la agenda. Ver si van a poner los aumentos en el básico o en sumas fijas, resolver otros temas no salariales, como condiciones de trabajo. Eso mejora el clima y es una buena posibilidad. Hay que sentarse y ver de nuevo, incluso involucrando otros actores. Si no, esto es una pulseada a ver quién se desgasta.

Dice "otros actores", pero los rumores apuntan a una tensión entre Scioli y el kirchnerismo...

—Hay una tensión histórica entre la Nación y la Provincia, pero no creo que esté mezclada la tensión política con las paritarias. Cuando estuve en el gobierno, cada vez que íbamos a arreglar una paritaria lo charlábamos con el Gobierno nacional. Porque la Provincia es muy dependiente de los recursos que pueda darle la Nación. Pero también hay momentos en que cada provincia debe hacerse cargo de sus obligaciones. La Nación propuso un piso paritario y los pisos deben hablar de una estructura más compleja de lo que es el salario. 

¿Pero no están retaceando presupuesto?

—No creo que haya alguien que no quiera que acabe este conflicto. Siempre hay lecturas debajo del agua, pero yo escucho ministros, nacionales y provinciales, y a los docentes, y no veo que ninguno quiera prolongar el conflicto. 

Y a largo plazo, ¿qué mecanismo permitiría que no se repita el conflicto?

—Ya lo dije cuando era ministro y lo repito: tenemos que discutir cómo vamos a financiar ese deseo de que la educación crezca. Todos lo deseamos, pero implica que más chicos vayan a la escuela, más horas y más años. Para que encima tenga calidad, se requieren más aulas, menos chicos por aula y más personal docente, auxiliar y administrativo. Capacitación, más directivos, bibliotecas, equipos interdisciplinarios, gabinetes psicopedagógicos. Debemos discutir cómo se financia eso que queremos todos, porque el presupuesto actual no alcanza para ese nivel educativo en cantidad y calidad. 

¿Cómo se relaciona ese deseo de crecimiento con la discusión paritaria?

—Esa necesidad de inversión para más y mejor educación explota en el aumento salarial, porque cada punto de aumento se multiplica por más gente. Es un debate necesario: gremios, funcionarios y gobiernos debemos encontrar mecanismos para que no se repita cada año este problema. 

Brian Majlin

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