Estar enamorado vuelve mejores a las personas, según un estudio de Harvard

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El amor parece tener efectos profundos en quienes lo experimentan, según la ciencia. Un estudio de la Universidad confirma que estar enamorado podría ayudar a desarrollar cualidades como la empatía y la generosidad.

El amor, tantas veces representado como una fuerza transformadora en la literatura y el arte, también ha llamado la atención de la ciencia. Investigaciones recientes de Harvard y de Frontiers in Psychology sugieren que el enamoramiento activa áreas del cerebro vinculadas a la recompensa y al bienestar emocional, lo que explica por qué este estado trae consigo una sensación de felicidad tan intensa. Además, estar enamorado aumenta la producción de oxitocina y dopamina, hormonas que no solo regulan el estado de ánimo, sino que también influyen en los comportamientos prosociales de las personas.

La influencia del amor en el comportamiento humano también incluye un mayor sentido de conexión y consideración por el otro. Los estudios indican que quienes están en una relación afectiva son más empáticos y generosos, lo que refuerza los lazos y mejora la convivencia con los demás. Estos hallazgos sugieren que el amor, más allá de ser una experiencia romántica, podría tener efectos profundos en la personalidad y en el desarrollo de valores como la compasión.

Según Harvard, estar enamorado despierta la empatía y generosidad

La ciencia señala que el enamoramiento no solo beneficia a las parejas, sino que también mejora cómo nos relacionamos con el mundo. Investigaciones de la Universidad de California en Berkeley encontraron que las personas enamoradas muestran mayores niveles de altruismo y consideración hacia los demás, lo cual influye positivamente en sus relaciones sociales. Este estado, que es tanto emocional como físico, motiva a actuar con empatía y bondad, cualidades que fortalecen los vínculos y el bienestar general.

La receta para ser una mejor persona

Para muchas personas, el amor se convierte en una especie de motivador interno, generando actitudes más compasivas y disminuyendo el egocentrismo. Estos cambios en la conducta revelan cómo una relación sentimental puede incidir en el desarrollo de la inteligencia emocional y en la capacidad de ponerse en el lugar del otro, cualidades esenciales para una convivencia armoniosa y enriquecedora.

Aunque el amor suele ser percibido como una experiencia positiva, también tiene sus aspectos complejos. Según un estudio publicado en The Journal of Social and Personal Relationships, la intensidad del enamoramiento puede llevar a ciertos desafíos emocionales como la dependencia y los celos. Este estado de alta vulnerabilidad emocional puede afectar la autonomía de cada individuo dentro de la relación, generando desequilibrios en la dinámica de pareja.

Además, la idealización, común en las primeras etapas del enamoramiento, puede derivar en expectativas poco realistas que, a largo plazo, resultan en frustración y desilusión. Investigaciones de la Universidad de Toronto indican que, si bien el amor romántico es poderoso, la tendencia a idealizar puede causar conflictos cuando la realidad de la relación se hace evidente. Esto demuestra que el amor, aunque transformador, también requiere de un equilibrio emocional para evitar que afecte de forma negativa la personalidad o las relaciones.

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