Una procesión en la Ciudad celebró al papa Francisco

Sociedad

Gran cantidad de personas recorrieron las calles porteñas hasta la basílica de San José de Flores, donde Bergoglio decidió transformarse en sacerdote.

Numerosas personas, en su mayoría jóvenes, convirtieron este sábado las calles de la ciudad de Buenos Aires en una fiesta en honor del papa Francisco, el argentino Jorge Bergoglio, en el marco de una procesión misionera por las calles que anticipó el Domingo de Ramos y el inicio de la Semana Santa en Buenos Aires.

La iniciativa consistió en una peregrinación de dos columnas que salieron del santuario de San Cayetano, en Liniers, y de Plaza Miserere, en Once, para converger en la basílica de San José de Flores, templo donde un adolescente Bergoglio abrazó la vocación sacerdotal.

A lo largo del trayecto por la avenida Rivadavia, seminaristas, religiosas, sacerdotes, obispos auxiliares y numerosos fieles, bendijeron a la gente a su paso e ingresaron en los negocios para entregar ramas de olivo y un obsequio muy especial: estampas con la imagen del pontífice argentino.

"Como pidió nuestro Papa, la Iglesia porteña está en la calle, camina y bendice a su pueblo", expresó el sacerdote Gabriel Marronetti, párroco del templo, y agregó que "Buenos Aires lo extraña, pero él sigue en nuestro corazón y en el corazón de este barrio".

Antes de la misa, un grupo que participó de la procesión no dejaba de gritar: "Papa, Francisco, te quiere todo el mundo", mientras agitaba banderas argentinas y papales.

La celebración eucarística fue presidida por el administrador arquidiocesano, monseñor Joaquín Sucunza, a cargo interinamente del gobierno pastoral de la jurisdicción eclesiástica hasta que el Papa nombre a su propio sucesor.

En la homilía, el prelado porteño llamó a "reencontrarse con Jesús" y a vivir "hondamente" la Semana Santa, que comienza con esta celebración y recordó que se trata de una semana "fundante", para un "más profundo encuentro con Dios".

Sucunza exhortó a "poner, como nos decía nuestro ahora Papa, toda la carne al asador, ponernos en serio en un camino nuevo".

El obispo reconoció que el tiempo litúrgico de la Cuaresma, que termina, fue especial por la renuncia de Benedicto XVI al pontificado, "que nos dio una sorpresa" aquel 11 de febrero, y por lo que "nos produjo la elección del Papa".

La manifestación de fe pública, que memora la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén previo a su pasión, muerte y resurrección, llevó por lema "Jesús pasa y bendice nuestra vidas".

En la catedral metropolitana, este ritual, la procesión en honor de Cristo Rey y la posterior misa serán presididos este domingo a las 10 por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Vicente Bokalic Iglic.
Allí, también habrá bendición de ramos a las 11.30, 13 y 18.

Dejá tu comentario