Un policía le compró un pancho y una gaseosa a un nene que le dijo llorando "tengo hambre"
Nahuel Suárez, un efectivo del Comando de Patrullas de la localidad bonaerense de Merlo, Buenos Aires, recibió un llamado para actuar en un local de avenida del Libertador en el centro de edad ciudad. Era un operativo más de los tantos a los que acude pero decidió resolverlo no con palos ni balas sino que con amor al prójimo.
Según la denuncia al 911, había "disturbios" por una pelea entre chicos que pedían limosna. Cuando llegó con su patrulla, la mayor parte de los menores se había ido del lugar, pero uno quiso quedarse porque realmente necesitaba estar ahí.
"Tengo hambre", le dijo a Nahuel, el policía, cuando lo invitó a dejar el lugar. Tenía unos ocho años y lloraba desconsoladamente.
El policía le pidió que se calmara, salió a la vereda, cruzó la ancha avenida e ingresó a un kiosko. Pidió un pancho y una gaseosa y se los dio al niño, que para entonces había dejado de llorar.
Varias personas veían conmovidas lo que ocurría. Una de ellas le tomó una foto y la publicó las redes sociales. Por la nobleza del gesto, no tardó en hacerse viral.
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