En su alegato, Dilma dijo que es víctima de "un golpe" de un gobierno "usurpador"
La presidenta suspendida de Brasil presentó sus alegatos en el juicio político que enfrenta en el Senado y dijo sentir "el gusto amargo y áspero de la injusticia". "Soy acusada arbitrariamente", se defendió Rousseff.
"Estamos a un paso de la consumación de una grave ruptura institucional, de concretar un verdadero golpe de Estado", denunció.
"Soy acusada injusta y arbitrariamente", insistió Rousseff, que reiteró que las acusaciones de maniobras fiscales en las que se basa el juicio político en su contra son "pretextos para derribar a un Gobierno legítimo" y "viabilizar un golpe" amparándose en la Constitución.
Recordó que su compromiso político se remonta a los años de lucha contra la dictadura militar, cuando fue torturada y encarcelada, un periodo en el que "tenía miedo de la muerte y de las secuelas de la tortura". "Pero no cedí, resistí", agregó.
Ahora, "a los casi 70 años, después de ser madre y abuela, nunca renunciaría a los principios que siempre me guiaron: Tengo un compromiso con mi país, con la democracia y el Estado de Derecho".
"No lucho por mi mandato, por vanidad o apego al poder", añadió. "Lucho por la democracia, por la verdad y la justicia, por el pueblo de mi país", afirmó la presidenta suspendida de Brasil, que se mostró serena y utilizó un tono firme en su discurso ante el pleno del Senado.
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