Martín Soria se siente huérfano de padre y madre

Sociedad

El hijo mayor del gobernador asesinado reconoció que rompió el vínculo con su madre y que no está seguro de poder perdonarla por el crimen familiar.

El peronista Carlos Soria murió el 1 de enero de este año. Había asumido como gobernador de Río Negro 21 días atrás. El causal de muerte fue una bala que se disparó de una vieja arma que tenía en su casa. Tras el disparo encontraron a su esposa, Susana Freydoz, ensangrentada y en estado de shock.

Esta semana pasada comenzó el juicio por el crimen del gobernador con su viuda como única imputada. Uno de sus hijos, Martín Soria, habló con el diario La Nación sobre el caso y aseguró que sólo podrá perdonar a la mujer "si el juicio demuestra que fue un accidente, si lo que escuchó mi hermana fue parte de la dinámica de ese accidente. Porque lo que ella escucha de la pelea es la voz de mi madre que dice: ’Me voy a matar’".

Martín asegura que se siente huérfano de padre, por la muerte, y de madre, por la ruptura del vínculo. Pero también destaca que la provincia se quedó huérfana de un líder político.

El joven treintañero es el legítimo heredero político del gobernador: hoy ejerce el cargo de intendente de Roca y en su despacho utiliza cosas que le pertenecieron a su padre. Siempre estuvieron juntos y, por ello mismo, descree que la razón de todo el conflicto familiar haya sido un caso de infidelidad. Dice que su padre "no tenía tiempo".

"Mis hermanos me llamaban: "Che, ¿qué pasa, es cierto que papá tiene no sé cuántas minas?" Yo estaba todo el día con él y pensaba: "¿Pero en qué momento?" Mi vieja me llamaba para decirme que mi papá no le atendía el teléfono porque estaba con otra. Y yo le aseguraba que había salido de una reunión y no la atendía porque estaba ocupado en sus actividades políticas. Fue un delirio. Pronto se va a oír el testimonio de una amiga de mi vieja que la acompañaba a perseguir a mi papá en el auto", explicó al matutino porteño y opinó, entonces, que Freydoz sufría de "una celopatía total", aunque aclaró que nunca pensó que "iban a terminar así".

Quienes conocen a Martín reconocen que es pulcro, obsesivo de los detalles porque su madre así lo crió. Tenía una relación tan cercana con ella que era común recibir llamados telefónicos con un "Martín, arreglate la corbata", mientras él hacía campaña o hablaba en tevé. Sin embargo, todo ello se perdió y ahora él desliza que, posiblemente, no recupere el lazo con su madre.

"Es muy duro pensar hoy que se pueda recomponer tan fácilmente algo así. Ella no siente nada, está como sedada. No siente remordimiento, está flotando. Es muy duro no poder hablar con ella de nada o que te diga que no recuerda lo que sucedió".

"Una vez fui a visitarla con los patos volados y te empieza a hablar de lo lindo que está el día. Y cuando le preguntás, te dice: "No me acuerdo de nada". Y se larga a llorar. Nosotros la internamos porque ella estaba guardando pastillas para tomárselas todas juntas. Si no tendría que estar en mi casa. Y yo no sé si quiero que esté en mi casa. Sé que es duro lo que digo", agregó Martín, quien concluyó que, como creyente, le pide a Dios poder perdonarla. "No sé si alguna vez la podré perdonar. Hoy; no sé más adelante. Es lo que más me gustaría", dijo.

Dejá tu comentario