Ataques a edificios y micros aterrorizan al sur de Brasil

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La ola de violencia urbana comenzó hace diez días en el sureño estado de Santa Catarina, uno de los polo turístico del país.

Una serie de ataques contra edificios públicos e incendio de micros azota desde hace días a 10 ciudades del sureño estado brasileño de Santa Catarina, uno de los polos turístico del país, y la policía los atribuye a bandas del crimen organizado, entre ellos el Primer Grupo Catarinenses (PGC).

Desde el miércoles pasado -cuando comenzaron los ataques- hasta este sábado, la Policía Militarizada contabilizó 19 vehículos incendiados -entre ellos 14 autobuses-, cinco ataques contra
edificios de seguridad pública, uno contra la sede de la alcaldía y otros seis ataques menores, como el incendio de basureros, informó el diario Folha de Sao Paulo.

Se trata de la segunda ola de violencia urbana que sufre el estado en menos de tres meses y afecta a las ciudades de Florianópolis, Balenario Camboriú, Itajaí, Jaraguá do Sul, Joinville, Criciúma, Gaspar, Camboriú, Palhoça y Laguna.

La primera escalada violenta en Santa Catarina ocurrió en noviembre pasado, cuando se registraron 68 ataques en 17 ciudades, que ocurrieron en forma simultánea a los registrados entre octubre y diciembre en Sao Paulo y su región metropolitana.

El secretario de Seguridad Pública de Santa Catarina, Cesar Grubba, dijo que ambas escaladas de violencia están relacionadas. Grubba atribuyó los atentados al Primer Grupo Catarinense (PGC), entre otros, cuyos integrantes son presos del penal de Sao Pedro de Alcântara, localizado a 30 kilómetros de Florianópolis.

"Estamos atentos a esos grupos y preparados para un combate efectivo", dijo Grubba, quien agregó que los ataques son una reacción de los delincuentes ante la "acción fuerte y efectiva de la (secretaría de) Seguridad contra el crimen".

La ola de violencia alteró la rutina de las ciudades afectadas. El transporte público, por ejemplo, fue suspendido el viernes en algunas líneas de la capital provincial y su región metropolitana, lo que provocó malestar y ocasionó molestias a los usuarios de la Terminal Central de Florianópolis, por la que pasan unas 200.000 personas por día.

Desde que comenzaron los ataques, una persona resultó herida. Se trata de un joven de 19 años, que sufrió quemaduras en rostro y cuello, cuando el autobús en el que viajaba fue incendiado. El joven permanece internado en una unidad de cuidados intensivos, pero no corre riesgo de muerte.

Los ataques se asemejan a los ocurridos en Sao Paulo en 2006, cuando el grupo delictivo Primer Comando de la Capital (PCC), que también estaba comandado por presos, perpetró una serie de ataques a autobuses, patrulleros y edificios públicos que generó pánico y paralizó a la mayor metrópolis sudamericana. Los ataques provocaron además una violenta reacción policial que produjo graves violaciones a los derechos humanos.

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