#Anuario2014: Un año marcado al ritmo de la cotización del dólar

Economía

El Banco Central (BCRA) culmina el 2014 con un nivel de reservas superior a los 31.000 millones de dólares, la cifra más alta del corriente año y casi 4.000 millones de dólares superior al piso registrado a fines de marzo pasado, cuando se ubicó en 26.729 millones de dólares.

En enero de este año, el objetivo que se propuso el BCRA era doble: a corto plazo, frenar la sangría de dólares de las reservas que se había producido en los dos meses anteriores y, para fines de año, conseguir sostener un nivel de reservas de al menos 28.000 millones de dólares.

El primer paso para lograr ese objetivo fue la corrección del tipo de cambio. Después de casi cuatro años aplicando una receta de devaluación por goteo, el Gobierno convalidaba a fines de enero un abrupto salto del tipo de cambio que llevaba el dólar de $6,9 a $8 por billete.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, presentaba la nueva relación peso-dólar como el nivel de "convergencia" al que debía llegar la moneda.

Sorprensivamente, se abrió la posibilidad de comprar dólares al tipo de cambio oficial para atesoramiento, para lo cual sólo era necesario estar registrado en la AFIP como trabajador en relación de dependencia, monotributista o autónomo y tener un promedio de ingreso mensual en los últimos doce meses superior a 7200 pesos (actualmente es de 8800 pesos).

El Gobierno descubrió que podía hacer uso de sus reservas para trabajar en esta eficaz operatoria y bajar la cotización del dólar paralelo (algunos compradores de dólar ahorro lo vendían en el mercado informal logrando una diferencia a favor de hasta el 50%, pero con esa mayor oferta de billetes se fue descomprimiendo el mercado) y reducir la brecha tan temida.

En los últimos tres meses, tras la asunción de Alejandro Vanoli como presidente del ente monetario, el gobierno logró frenar la corrida contra el peso de las últimas semanas de septiembre que llevó al dólar informal por encima de los 16 pesos.

Para lograrlo, las nuevas autoridades del BCRA apelaron no sólo a controles, inspecciones de casas de cambio y sociedades de Bolsa sino también a la intervención en las operaciones de dólar-Bolsa y, sobre todo y por primera vez, en las de "contado con liqui".

Tal es así que la venta de dólar ahorro revirtió la tendencia alcista que presentaba desde que se abriera esa posibilidad y en la primera semana de diciembre cuando –a partir de la reducción brecha cambiaria entre el oficial y el paralelo- mermó un 30% la cantidad de compradores: en los primeros cinco días hábiles de diciembre se vendieron US$185 millones, lo que representa un 30% menos que los US$266 millones del récord de octubre y 20% menos que los US$230 de noviembre.

El dólar "negro" está terminando el año en torno a los $13. Mientras que, en el mercado oficial, presentó subas de a centavos, controladas por el Central.

Por su parte, el dólar contado con liquidación luego de tocar un máximo de $15 se redujo a cerca de $11 actuales. En este caso la operatoria consiste en comprar en pesos un bono y revenderlo en el exterior en dólares, para así hacerse de esos fondos y resgaurdarlos en una cuenta fuera del país.

El dólar bolsa, en tanto, también se había elevado a los $15, y ahora descendió a los $12. A diferencia del anterior, en este caso toda la operatoria se hace internamente, es decir, el dinero "no cruza" las fronteras. Se adquiere un título en moneda local y se revende internamente (en su versión nominada en dólares), quedando esa tenencia depositada en una cuenta de un banco emplazado en la Argentina.

También un factor articulador de la política monetaria para poner freno a la especulación contra la moneda nacional ha sido la licitación semanal de letras del Banco Central (Lebac y Nobac), cuya tasa de rendimiento ha contribuido al equilibrio conseguido.

Con un rendimiento del 27% anual, las letras atraen cada semana una masa monetaria en pesos que se aleja así del dólar, lo mismo que ha ocurrido con la emisión de un bono para las cerealeras que está atado al dólar y rinde 1,75% anual.

Este acuerdo con el sector exportador más dinámico del país, sumado a las medidas anteriormente descriptas, pudo lograr una sensible caída del dólar informal desde poco más de 15 pesos a comienzos de octubre a los valores actuales en torno a 13 pesos.

Asimismo, no puede dejar de señalarse que la base monetaria, más allá de las críticas a la heterodoxia oficial por parte de la oposición política y la ortodoxia académica, ha bajado en su ritmo de expansión a lo largo del año que culmina.

Y, además de la contracción monetaria que se realiza a través de las letras y que sirve para esterilizar parte de la emisión, la política monetaria ha sido complementada con el acuerdo swap por 11.000 millones de dólares firmado entre el BCRA y el Banco Central de la República Popular de China.

Los analistas han reconocido que el swap ha jugado un papel relevante en la derrota de la corrida contra el peso ensayada por el mercado hace menos de tres meses, ya que la adición de 2.300 millones de dólares a las reservas provenientes de ese acuerdo, junto al resto del paquete de medidas descripto, ha desalentado a los especuladores.

En el mismo sentido han obrados los créditos del Banco de Francia, que tienen como garantía las reservas argentinas depositadas en ese ente monetario, lo cual ha reforzado las líneas defensivas tendidas por el BCRA contra los ataques al peso.

En medio del vendaval financiero y monetario que se ha desatado en este final de año en todos los mercados emergentes, Argentina ha conseguido hasta el momento blindarse frente a las tendencias devaluatorias que actúan contra la moneda nacional por la vía de la caída de los precios de las materias primas.

En el caso del petróleo, el derrumbe del precio del barril también apuntala la política económica y monetaria argentina por la vía de la reducción de la factura energética anual que Argentina paga por las importaciones de gas y crudo refinado.

Un capítulo aparte: El Merval

Este año, hubo un antes y un después en el mercado bursátil porteño con la designación de Alejandro Vanoli al frente del Banco Central el 30 de septiembre.

Este cambio llevó a reducir la expectativas de devaluación y a incrementar los controles del Gobierno sobre quienes operaban dólar bolsa y contado con liquidación, dos cuestiones que explicarían la baja en el volumen de negocios a partir de septiembre.

En el medio, hubo algunos vaivenes mientras transcurría la pelea de los holdouts pero sin lugar a dudas el quiebre de tendencia vino por el lado de las intervenciones en el mercado y el cambio de expectativas entre los inversores.

Según los últimos datos de la Bolsa de Comercio porteña, hasta mediados de diciembre el monto total operado en acciones apenas superaba los $1.602 millones, mientras que en septiembre había llegado a 6.057 millones, para luego reducirse en octubre a 5.808 millones y en noviembre a 2.925 millones.

La tendencia también se repitió entre los títulos públicos. Así, hasta mediados de diciembre el volumen negociado en bonos se ubica en $17.928 millones, contra los 30.243 millones de noviembre, los 45.421 millones de octubre y los 70.866 millones de septiembre.

La fuerte caída de volumen que registró la Bolsa porteña a partir del 30 de septiembre pasado llegó a opacar a la hora del balance general el buen desempeño que consiguieron las acciones y bonos locales este 2014.

Las ganancias más abultadas fueron para los papeles del sector eléctrico, que se vio impulsado por las expectativas de ajuste de tarifas. La estrella de 2014 fue Transener, con una escalada de 191,35 por ciento. Apenas por detrás se ubican Edenor y Pampa Energía, con alzas anuales de 147,95% y 138,62%, respectivamente.

Las acciones del sector financiero también están dejando a los inversores con los bolsillos repletos. BBVA Francés acumula una suba desde el 30 de diciembre de 2013 de 163,25%, Banco Macro avanza 150,78% y Grupo Financiero Galicia registra un salto de 97,65 por ciento. En tanto, las petroleras y las empresas ligadas al crudo resultaron duramente castigadas sobre el final del año debido al desplome que sufrió el precio de este commoditie, que hoy cotiza a su menor nivel en más de 5 años.

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