Semana clave para la causa por la muerte de Nisman

Política

La sospecha generalizada de que la muerte violenta del fiscal Alberto Nisman pudo haber sido planeada y hasta ejecutada para que "parezca un suicidio", no encuentra hasta ahora sustento en los peritajes técnicos realizados. En los próximo días, cuando la fiscal reciba los exámenes histopatológicos y toxicológicos para verificar si Nisman había ingerido o estaba bajo efecto de sustancias que hayan operado sobre su voluntad, la investigación se colocará más decididamente en el terreno complejo de los vínculos de la víctima.

La propia aparición del informático Diego Lagomarsino declarando voluntariamente horas después del hallazgo que, a pedido de Nisman, le había prestado la vieja pistola Bersa calibre 22 encontrada bajo el cuerpo del fiscal, puso en el centro de la escena a ese mundo de relaciones donde podría encontrarse el secreto de su muerte.

En su aparición televisa patrocinado por un conocido defensor de causas penales "pesadas", Maximiliano Rusconi, Lagomarsino negó el vinculo y echó sombras sobre los policías que debían proteger al fiscal afirmando que este "no confiaba ni en su custodia".

Parte de ese personal ya ha sido removido por el sumario interno, pero en la causa penal no aparecen por ahora sospechas de peso contra los policías más que por haber relajado su tarea de vigilancia y no haber informado oportunamente a sus jefes lo que estaba ocurriendo.

Apenas el grupo de apoyo técnico policial concluya la previsualización de las cámaras de seguridad del edificio, la fiscal comenzará a observarlas, un test clave no solo para saber quiénes circularon por el complejo en las horas previas a la muerte de Nisman.

Servirá también para chequear la propia versión del informático sobre el horario de su última salida del edificio, ya que los saltos en las planillas de registro de ingresos y egresos que lleva la custodia privada y la rotura de algunas cámara impidió hasta ahora verificarla.

En los próximos días, cuando la querella designe a peritos de parte, comenzará también el vaciado de la información contenida en los tres teléfonos celulares de Nisman, de modo de ir reconstruyendo con quien se comunicó, en sus últimos días y horas de vida, la víctima.