Semana clave para la causa por la muerte de Nisman
La sospecha generalizada de que la muerte violenta del fiscal Alberto Nisman pudo haber sido planeada y hasta ejecutada para que "parezca un suicidio", no encuentra hasta ahora sustento en los peritajes técnicos realizados. En los próximo días, cuando la fiscal reciba los exámenes histopatológicos y toxicológicos para verificar si Nisman había ingerido o estaba bajo efecto de sustancias que hayan operado sobre su voluntad, la investigación se colocará más decididamente en el terreno complejo de los vínculos de la víctima.
Apenas el grupo de apoyo técnico policial concluya la previsualización de las cámaras de seguridad del edificio, la fiscal comenzará a observarlas, un test clave no solo para saber quiénes circularon por el complejo en las horas previas a la muerte de Nisman.
Servirá también para chequear la propia versión del informático sobre el horario de su última salida del edificio, ya que los saltos en las planillas de registro de ingresos y egresos que lleva la custodia privada y la rotura de algunas cámara impidió hasta ahora verificarla.
En los próximos días, cuando la querella designe a peritos de parte, comenzará también el vaciado de la información contenida en los tres teléfonos celulares de Nisman, de modo de ir reconstruyendo con quien se comunicó, en sus últimos días y horas de vida, la víctima.
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