La historia de amor entre Juan Román Riquelme y Boca

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El ídolo regresará a La Bombonera para iniciar su cuarto ciclo en la institución xeneize, ante Unión, por la cuarta fecha del Torneo Final. El romance con los hinchas continúa.

Juan Román Riquelme está tocado por una barita mágica. Nadie puede desconocer su talento, que lo llevó a ser uno de los mejores jugadores del mundo. Se cansó de ganar títulos en Boca y su romance con el hincha xeneize perdurará por siempre. Este domingo volverá a vestir la Nº 10 para iniciar su cuarta etapa en el club, con la misma particularidad de cada uno de sus regresos: se enfrentó con Unión (rival de esta tarde) y con Rosario Central, siempre con resultados positivos.

El enganche empezó a gestar su amor con el hincha a partir del 10 de noviembre de 1996. Ese día pisó el césped de La Bombonera por primera vez, llegó al lugar que sería su casa por el resto de su vida. Román tuvo una gran tarde y su estampa de crack dejó a todos con la boca abierta, ya que el Boca de aquel tiempo, conducido por Carlos Bilardo, era la "industria del centro y el pelotazo". El Xeneize le ganó a Unión por 2-0, el rival que enfrentará desde las 20.15 en su casa, en este cuarto ciclo que está a punto de comenzar.

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Riquelme se fue y volvió. Barcelona y Villareal fueron los escenarios de su paso por Europa; irregular, por cierto. El amor por Boca siempre estuvo por encima de todo. Llegó en 2007 y estuvo seis meses. Volvió en 2008 y se quedó hasta junio de 2012. Los dos regresos de Román estuvieron sentenciados otra vez por un detalle: el rival y el resultado. Fue Rosario Central quien debió contener el talento del Nº10. Cada choque terminó 1-1, uno se jugó en La Bombonera y el otro, en el Gigante de Arroyito.

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El ídolo sorprendió a todos cuando se bajo del barco que capitaneaba Julio Falcioni en 2012. La tristeza estaba a flor de piel por la pérdida de la Copa Libertadores ante Corinthians. El problema era aún mayor: insalvables diferencias con el DT. Seis meses después se fue Falcioni y llegó Bianchi, incluso contras los pronósticos del propio Riquelme. "No creo que vuelva Bianchi", dijo Román. Se equivocó.

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La tentación de volver usar la camiseta Nº 10 y ver a Bianchi sentado en el banco pudo más. Contradijo su propia palabra ("A Boca no vuelvo") y negoció la vuelta con el presidente de Boca, Daniel Angelici, con quien mantiene una mala relación. Sin embargo, cuando Riquelme camine por el túnel, suba las escaleras, y pise el césped de La Bombonera esta tarde, los hinchas gritarán: "Ri-queeel-me, Ri-queeel-me". Y ya nada importará.

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