Pese a la polémica en Copa Argentina, Nicolás Ramiréz dirigirá su tercer Superclásico consecutivo
El árbitro de 38 años fue designado por la AFA para impartir justicia entre Boca y River, en medio de las críticas por su actuación en la final entre Argentinos Juniors e Independiente Rivadavia.
El nombre de Nicolás Ramírez vuelve a ocupar el centro de la escena futbolera. Tras su controvertido desempeño en la final de la Copa Argentina 2025 disputada en Córdoba, el juez de 38 años fue confirmado por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para dirigir el Superclásico del próximo domingo entre Boca y River, que se jugará en la Bombonera por la fecha 15 del Torneo Clausura.
Será su tercer clásico consecutivo, un hecho poco común en la historia reciente del arbitraje argentino. La designación de Ramírez se definió luego de una evaluación interna que incluía también a Facundo Tello y Yael Falcón Pérez.
Pese a las críticas recibidas por algunos fallos en el duelo entre Argentinos Juniors e Independiente Rivadavia, el árbitro logró imponerse por su “regularidad” y “buen manejo de partidos de alto voltaje”, según destacaron desde el departamento arbitral de la AFA.
El historial de Nicolás Ramírez dirigiendo a Boca y a River
En su historial con los dos gigantes del fútbol argentino, los números muestran un leve equilibrio. Con Boca, dirigió 12 partidos, con seis victorias, un empate y cinco derrotas. En esos encuentros mostró 39 tarjetas amarillas, expulsó a dos jugadores y sancionó un penal a favor y otro en contra. Con River, en tanto, acumula 13 presentaciones: cinco triunfos, tres igualdades y cinco caídas, con 48 amonestaciones, tres expulsiones y sin penales a favor del “Millonario”.
Más allá de los antecedentes, el condimento especial de este Superclásico es el contexto: Boca llega con 56 puntos en la Tabla Anual y la posibilidad de sellar su clasificación a la Copa Libertadores 2026 con una victoria. River, por su parte, tiene 52 unidades y necesita sumar para no perder terreno en la lucha por el certamen continental.
El foco estará no solo en los futbolistas, sino también en la actuación del árbitro, que deberá demostrar equilibrio y firmeza en un escenario donde cada decisión pesa. Ramírez, que ya sabe lo que es soportar la presión de los flashes y la lupa mediática, tendrá nuevamente la oportunidad de mostrar que puede manejar el partido más caliente del fútbol argentino con justicia y sin polémicas.
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