ARCA: los nuevos contribuyentes que deberán pagar Impuesto a las Ganancias

Economía

ARCA aplicó nuevas deducciones y escalas para el Impuesto a las Ganancias de diciembre, lo que modifica los ingresos de los empleados que pagan.

La actualización semestral del Impuesto a las Ganancias definida por la ARCA vuelve a calibrar el alcance del tributo para quienes trabajan en relación de dependencia. Con el aumento aplicado para el segundo tramo del año, se ajustan las deducciones, se modifican las escalas y se redefine el salario desde el cual el impuesto comenzará a cobrarse en diciembre.

El incremento del 15,10% sobre escalas y deducciones impacta de lleno en el cálculo de las retenciones y en el mínimo no imponible, lo que permitirá que un grupo de trabajadores quede exceptuado o pague menos, sobre todo aquellos que tuvieron aumentos moderados durante el año.

Las nuevas deducciones y los sueldos que pagarán Ganancias en diciembre

ARCA oficializó una suba del 15,10% en las deducciones personales y en las escalas progresivas que regirán para el segundo semestre de 2025, una actualización que vuelve a modificar quiénes quedarán alcanzados por el Impuesto a las Ganancias.

Según el organismo, estos nuevos parámetros se usarán para determinar la retención correspondiente según la situación familiar de cada trabajador. Los montos vigentes para diciembre quedan así:

  • Ganancia no imponible: $4.211.886,94
  • Cónyuge: $3.966.752,72
  • Hijo: $2.000.447,87
  • Hijo con discapacidad: $4.000.895,74
  • Deducción especial: $20.217.057,35
impuesto a las ganancias

Con esta actualización, el tributo empezará a cobrarse desde los siguientes ingresos netos:

  • Soltero sin hijos: a partir de $2.360.180
  • Casado con dos hijos: desde $3.129.967

Qué deducciones se pueden aplicar para reducir el impuesto

El Impuesto a las Ganancias permite aplicar varias deducciones para achicar la base imponible y reducir la retención. Los trabajadores pueden descontar el mínimo no imponible, la deducción especial, las cargas de familia y gastos como obra social, prepaga, alquiler, hipotecarios, seguros, donaciones y personal doméstico.

Estas deducciones ajustan el tributo a la situación real de cada asalariado y generan un alivio clave en un contexto de salarios desparejos e inflación sostenida.

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