La adicción que superó Cayetano: "Perdí el departamento que me dejó mi abuela"

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El periodista Cayetano contó por C5N su historia de superación y lucha contra la ludopatía.

Nicolás Cajg, más conocido como Cayetano, brindó una entrevista íntima en C5N donde habló sobre cómo logró recuperarse de la ludopatía, aunque aclaró: “Uno no deja de ser adicto al juego, sino que es una pelea día a día”.

Fui adicto al juego durante muchísimos años. Mi lucha fue dejar de serlo, salir de eso. Cuando uno habla con profesionales aclaran que uno no deja de serlo sino que es una pelea día a día para no volver, en este caso, a jugar. Es una estructura similar a lo que pasa con otras adicciones”, expresó el periodista.

En ese sentido, diferenció la adicción al juego de otras adicciones: “Esta adicción es muy silenciosa. La otra persona no se da cuenta. Si una persona es alcohólica o adicta a las drogas, la otra persona lo nota de inmediato. En el caso de la ludopatía no. Es una trampa. Si uno no se lo cuenta a su familia, su pareja o los amigos, no pueden ayudar porque no se dan cuenta”.

Es muy peligrosa, puede durar muchísimo sin que alguien lo note, hasta llegar al extremo, en el que uno pierde muchísima plata”, remarcó.

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Ludopatía: la entrevista a Cayetano en C5N

Cayetano reconoció que su adicción “coincidió con mi crecimiento en los medios de comunicación, pero no fue la causa”.

“Lo peligroso es que hasta tiene momentos divertidos, pero es durísima, silenciosa, muy personal”, expresó en “Turno mañana” por C5N.

Como toda adicción, explicó que “al principio uno no se da cuenta, piensa que lo puede controlar. Cuando se da cuenta que no puede, en mi caso al menos, no quería recuperarme porque eso implicaba dejar de jugar. Es todo un proceso mental hasta que se lo conté a mi familia y me ayudaron”.

Fue entonces cuando contó muy emocionado cuál fue el momento clave en el que se dio cuenta de que debía buscar ayuda: “Mi abuelo paterno fue sobreviviente de la Segunda Guerra, aparece en la lista de Oskar Schindler, y mi abuela sobrevivió a Auschwitz y a otros campos de concentración. Vinieron a Argentina sin un peso, como muchos de nuestros bisabuelos o abuelos. Les fue bien y antes de morir me regalaron un departamento. Perdí ese departamento jugando”.

Ahí me hizo un clic en la cabeza, ‘mis abuelos vivieron todo eso y yo lo perdí timbeando’. Me dio muchísima culpa, me sentí pésimo. Ese fue el inicio de mi deseo de querer recuperarme… Y recuperar el departamento”, mencionó.

Al hablar sobre las consecuencias de la ludopatía, enumeró: “En mi caso no hice grandes locuras, como robar o pedir plata, pero sí vas desapareciendo de los lugares que te hacen feliz, las fiestas familiares, los cumpleaños de los amigos, jugar al fútbol, ir a la cancha… Perdés vínculos y relaciones porque te querés quedar jugando”.

Asimismo, resaltó la importancia de hablar sobre la adicción, aunque confesó que no es algo que hace con frecuencia, pero que puede ayudar así a otros adictos: “Cada vez que lo cuento me escribe mucha gente en las redes sociales que, como es una adicción silenciosa, no saben cómo contarle a su familia, me preguntan ‘cómo hiciste, qué hago’. A mí me ayudó gente que no conocía cuando lo necesité, y es casi una obligación ayudar a otros”.

Y finalizó: “A mi familia le diría: gracias y perdón”.

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