María Rosa Fugazot compartió un desgarrador testimonio a dos meses de la muerte de su hijo: "Estoy enojada..."
La reconocida actriz se refirió a su hijo René Bertrand en una entrevista con Intrusos, donde relató cómo atravesó su enfermedad y expresó el profundo dolor que vive desde su ausencia.
A casi dos meses del fallecimiento de René Bertrand, luego de más de medio año de luchar contra una dura enfermedad, María Rosa Fugazot rompió el silencio y habló por primera vez sobre los últimos días de su hijo, el sufrimiento que atravesó y el vacío que dejó su partida.
Invitada al piso de Intrusos, la reconocida actriz se abrió con Rodrigo Lussich, Adrián Pallares y el equipo del programa, compartiendo detalles conmovedores sobre el momento en que recibieron el diagnóstico, cómo fue la internación y el duelo que enfrenta tras la pérdida de su hijo.
Fugazot reveló con crudeza cómo vive este proceso tan doloroso, marcado por la ausencia de su hijo y la dificultad de expresar su tristeza: “Ojalá pudiera explotar de una vez, largar, pero no puedo porque me sequé. Cuando era joven lloraba con las películas, la música, todo me hacía llorar y de golpe, de grande, llego a un punto y se me corta”, confesó, visiblemente movilizada, al contar que aún no pudo llorar la muerte de René.
Cuando Adrián Pallares le preguntó si había podido estar junto a él en sus últimos momentos, la actriz fue contundente: “Estuve y fue inconcebible. A mí me lo dijeron por teléfono, me llamaron y me dijeron ‘ya está, se fue’”, relató, con la emoción a flor de piel, mientras las panelistas Marcela Tauro y Paula Varela no podían ocultar lo que estaban sintiendo.
La actriz también hizo referencia al largo y complejo proceso hasta obtener un diagnóstico certero. Según relató, todo comenzó con un dolor en el omóplato, que en un primer momento pensaron que era un desgarro o una fisura, pero luego se trasladó a la cadera.
Fugazot explicó que pasaron seis meses hasta que los médicos detectaron el cáncer, en medio de múltiples estudios y gestiones que incluso debió afrontar de manera privada para conseguir turnos más accesibles. Una situación frustrante y desesperante que solo sumó angustia a la familia.
Su enojo con Dios y el duelo imposible
Otro de los momentos más intensos de la entrevista fue cuando Fugazot habló sobre su fe, su enojo y el desconcierto espiritual que atraviesa tras la pérdida: “Yo sentía rabia, pero él me decía ‘tranquila mamá, las cosas son así’ y como a mí me sube la catalana, él me decía ‘mamá te hace mal, dejá’”, recordó sobre las conversaciones con René, quien intentaba calmarla incluso en medio de su sufrimiento.
Pero también compartió lo más doloroso: el instante en que supo que su hijo había muerto. “Entiendo que le tienen que decir la verdad a alguien y me tocó a mí, pero antes ya me habían dicho ‘miré, el 80% no salen, así que…’ y yo dije ‘está bien’”, relató.
La cercanía entre madre e hijo era profunda, y así lo reflejó en sus palabras: “Yo vivo a 10 cuadras, iba todo el tiempo para ayudar y para estar porque él me llamaba y eso es lo que me llamó la atención, porque siempre fue muy independiente y ahora me decía ‘¿cuándo venís?’”, relató como si aún no pudiera asimilar la pérdida.
“Él me decía ‘vos tenés que estar acá, no tenés que estar en ningún lado’ y a mí me parecía raro, porque si él me decía que le dolía el estómago y yo respondía que iba para allá, él me contestaba ‘ay mamá, dejá de escorchar, no pasa nada’”, agregó sobre la relación tan especial que los unía.
En cuanto al dolor físico que padeció René, Fugazot destacó su entereza: “Nunca se quejó. Lo único que me decía era ‘me duele, no para’ y me daba no sé qué porque parecía mi papá porque hacía el mismo gesto y yo pensaba en los genes”, expresó con ternura y tristeza.
Al ser consultada por Karina Iavícoli sobre su fe y si sentía enojo con Dios, fue honesta y reconoció: “Hay un punto en el que no sabés con quién enojarte. Estoy muy enojada, pero no sé con quién”.
Y continuó con un desgarrador testimonio de su espiritualidad herida: “Yo creo en Jesús, yo soy cristiana de Cristo porque me llevé siempre del sacrificio y de la palabra de Jesús y lo sigo haciendo, entonces yo le digo ‘¿tenía que pasar tanto?’”
Por último, contó cómo le pedía a Dios que la llevara a ella en lugar de a su hijo: “Yo le decía a Jesús que me lleve a mí en vez de a él porque era la lógica, me lo dice también mi hijo mayor que por lógica era él, y yo le digo que no se sienta culpable porque uno no elige”.
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