Wanda Nara rompió en llanto en MasterChef Celebrity al compartir un recuerdo íntimo
El último programa de MasterChef Celebrity tuvo un momento de profunda emoción cuando Wanda Nara no pudo contener las lágrimas al evocar un recuerdo muy íntimo de su infancia.
La emisión del lunes de MasterChef Celebrity presentó una consigna especial, cargada de sentimientos: cada participante debía preparar un plato que lo transportara a un recuerdo significativo de su vida. Lo que comenzó como una noche de cocina nostálgica terminó con la propia conductora completamente conmovida al hablar de su abuela y sus recetas familiares.
“Lo que van a tener que hacer esta noche es hacernos vivir sus recuerdos a través de un plato”, explicó Germán Martitegui al iniciar la competencia, dando pie a una velada en la que la comida se transformó en una puerta al pasado.
En esa misma línea, Damián Betular también abrió su corazón ante cámaras: “Esa comida que tanto recordamos con amigos, las mesas familiares o alguna fiesta que vienen parientes de todos lados, que no vemos hace mucho. Ese momento es único, irrepetible y queda guardado en nuestra memoria. A modo personal, mi abuela hacía una torta que era un bizcocho muy simple de vainilla, crema, dulce de leche y duraznos en almíbar. Al día de hoy, cuando yo pruebo esa torta, recuerdo esos domingos que tanto extraño en familia”.
Conmovido por el clima de ternura, Donato De Santis quiso saber qué sabor conectaba a Wanda con su propia historia: “A todo esto, Wanda, ¿a dónde te gustaría viajar en el pasado, qué comida te conecta con eso?”, le preguntó el chef italiano.
Visiblemente emocionada, la conductora respondió entre lágrimas: “Me emocionó un poco Betu con lo que decía porque en mi casa cocinaba siempre mi abuela, la mamá de mi mamá, y hacía dos tortas. Una es la torta de manzanas que hago yo, pero no me sale como la de ella y otra...”.
Con la voz entrecortada, continuó su relato: “Y otra es una pastafrola que nunca le pudo pasar la receta a nadie. Y yo todo el tiempo pruebo diferentes pastafrolas, pero nunca más volví a encontrar el sabor de la pastafrola de mi abuela”. La empresaria recordó con ternura: “Y probé mejores, pero ninguna como la de ella. Era increíble, la hacía una asadera enorme”.
Finalmente, cerró su testimonio con una frase que condensó amor y nostalgia: “Duraba una tarde, el nieto que llegaba tarde a veces no llegaba a comerla, porque era increíble. Y siempre pregunté y me quedó esa angustia de no haberla aprendido”.
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