Cómo se origina el pie de atleta y cómo prevenirlo desde el principio

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Conocé cómo se transmite, cuáles son sus síntomas y qué hacer para prevenirlo desde el principio. Todos los detalles.

El pie de atleta, o tiña pedis, es una infección fúngica que afecta la piel de los pies, especialmente entre los dedos. Se trata de una afección altamente contagiosa, que suele propagarse en lugares húmedos como duchas públicas, gimnasios y piscinas.

Si bien es una condición molesta, se puede prevenir con medidas de higiene adecuadas. A continuación, te contamos cómo se origina, cuáles son sus síntomas y qué hacer para evitarlo.

La manera en la que se transmite el pie de atleta

El pie de atleta es una infección que se propaga con facilidad y puede contagiarse de varias maneras:

  • Contacto directo con una persona infectada, ya sea a través de la piel o de objetos contaminados.
  • Superficies húmedas y cálidas, como las duchas de gimnasios, vestuarios o piscinas.
  • Uso compartido de calzado, toallas o medias, especialmente si están húmedas o no se lavan con frecuencia.
  • Exceso de sudoración en los pies, lo que crea un ambiente ideal para el crecimiento de hongos.

Los síntomas del pie de atleta

El pie de atleta suele manifestarse entre los dedos de los pies, pero también puede extenderse a otras áreas del pie. Sus síntomas más comunes incluyen:

  • Picazón intensa y ardor, especialmente entre los dedos.
  • Enrojecimiento y descamación de la piel.
  • Grietas o fisuras en la piel, que pueden causar dolor y molestias.
  • Mal olor en los pies, causado por la proliferación de hongos y bacterias.

Si no se trata a tiempo, la infección puede extenderse a las uñas o incluso a otras partes del cuerpo.

Cómo prevenir y cómo tratar el pie de atleta

Para evitar el pie de atleta, es fundamental adoptar hábitos de higiene y cuidado de los pies. Algunas medidas clave incluyen:

  • Mantener los pies secos y limpios, prestando especial atención a la zona entre los dedos.
  • Usar calzado transpirable, evitando zapatos cerrados o de materiales sintéticos.
  • Cambiar las medias con frecuencia, optando por aquellas de algodón que absorban la humedad.
  • Evitar caminar descalzo en vestuarios, duchas públicas y piscinas.
  • Usar talcos o sprays antimicóticos, especialmente si se tiende a sudar en exceso.

En caso de infección, el tratamiento suele incluir:

  • Cremas o sprays antimicóticos de venta libre, aplicados según las indicaciones del producto.
  • Consultas médicas si los síntomas persisten, ya que pueden requerirse medicamentos específicos.
  • Evitar la humedad en los pies durante el tratamiento, para acelerar la recuperación.

Siguiendo estas recomendaciones, es posible evitar el pie de atleta desde el principio y mantener la salud de los pies en óptimas condiciones.

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