¿Cuántas personas podrían sobrevivir a una Tercera Guerra Mundial? La IA reveló su hipótesis

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La posibilidad de un conflicto global vuelve a generar inquietud en el mundo y, ante este escenario, las principales inteligencias artificiales realizaron proyecciones que sorprenden por su crudeza.

La pregunta sobre cuántas personas lograrían sobrevivir a una Tercera Guerra Mundial ya no pertenece solo al terreno de la ciencia ficción. En un contexto global cada vez más tenso, con disputas geopolíticas, amenazas nucleares y nuevas formas de guerra tecnológica, distintos analistas comenzaron a revisar cuál sería el impacto real de un conflicto de alcance mundial.

Hoy, herramientas como ChatGPT, Gemini, Grok y DeepSeek permiten generar simulaciones complejas basadas en millones de variables: distribución demográfica, objetivos militares, rutas de evacuación, recursos globales, impacto climático y comportamiento social. El resultado de estos modelos ofrece una mirada inquietante sobre el futuro de la humanidad.

Aunque cada sistema utiliza metodologías distintas, todos coinciden en un punto: una guerra mundial —y especialmente una guerra nuclear— provocaría una crisis sin precedentes, con efectos inmediatos y secundarios capaces de alterar el planeta durante décadas. Aun así, parte de la población podría sobrevivir, principalmente en regiones aisladas, autosuficientes o alejadas de los objetivos estratégicos.

Cuántas personas sobrevivirían a una Tercera Guerra Mundial, según la IA

Las estimaciones de las principales inteligencias artificiales son contundentes. En un escenario de guerra mundial con intercambio nuclear masivo, la población global podría reducirse drásticamente.

Los modelos coinciden en que entre 500 millones y 2 mil millones de personas podrían sobrevivir a la fase inicial del conflicto. Esta franja —que representa apenas entre el 6% y el 25% de la población mundial— se concentraría principalmente en zonas remotas, poco pobladas o con baja relevancia militar.

Entre las regiones con mayor probabilidad de supervivencia, las simulaciones destacan:

  • partes de Sudamérica alejadas de grandes ciudades militares;

  • amplias áreas de Oceanía con baja densidad poblacional;

  • sectores de África que no serían considerados estratégicos en un conflicto global.

Las proyecciones no se limitan a la destrucción inmediata. Las IA también integran fenómenos como el invierno nuclear, que reduciría drásticamente la temperatura global, afectaría la agricultura y generaría una crisis alimentaria global, incluso en países no atacados directamente.

El acceso a agua potable, la contaminación radiactiva y el colapso de los sistemas sanitarios serían otras amenazas críticas posteriores al conflicto.

Los factores que determinan quiénes podrían sobrevivir, según ChatGPT, Gemini, Grok y DeepSeek

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Los modelos elaborados por estas IA coinciden en que la supervivencia no dependería únicamente de la ubicación geográfica, sino de una combinación de factores que podrían marcar la diferencia.

Entre los elementos clave destacan:

1. Ubicación geográfica

Regiones lejanas a bases militares, grandes ciudades o zonas industriales tendrían mejores probabilidades. Los lugares poco conectados y con barreras naturales también presentan una mayor chance de quedar fuera de los objetivos.

2. Autosuficiencia y recursos críticos

Comunidades con capacidad para producir sus propios alimentos, almacenar agua y disponer de refugios preparados tendrían una ventaja significativa. La infraestructura energética independiente también sería esencial.

3. Organización social y resiliencia comunitaria

La capacidad de cooperación, la división de tareas, el mantenimiento del orden local y la gestión de recursos definirían la posibilidad de adaptarse a un mundo colapsado.

4. Impacto ambiental local

Algunas regiones sufrirían menos efectos del invierno nuclear y podrían reanudar actividades agrícolas antes que otras.

5. Conectividad y aislamiento controlado

Paradójicamente, las zonas menos conectadas tendrían más posibilidades de resistir las primeras fases del caos global.

Aun con posibilidades de supervivencia, los expertos advierten que la vida posterior a un conflicto de esta magnitud sería extremadamente difícil: escasez de alimentos, falta de atención médica, interrupción de comunicaciones, migraciones masivas y una reorganización completa del sistema social y económico.

Las conclusiones de la inteligencia artificial tienen un mensaje claro: más allá de cualquier proyección, la prevención diplomática y la cooperación internacional siguen siendo las únicas herramientas capaces de evitar un escenario tan devastador.

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